Lo del servicio en Japon no es normal. Por ejemplo llegas con el coche a una gasolinera para eso de llenar el depósito. Aparecen corriendo (no andando) un grupo de empleados que te rodean y empiezan a hacer cosas, como ponerte la gasolina, comprobar la presión de los neumáticos, limpiar todos los cristales y hacer muchas reverencias. Vale la pena hasta si fuera solamente un espectáculo.