#2
El colectivo funcionarial es muy diverso. Pero lo que si es cierto es que se debería de trabajar en equipo, pues se forma una cadena de trabajo de unos grupos a otros. Cualquier fallo origina posibles problemas en toda la cadena.
Pero la cuestión es que todos empiezan con muchas ganas, incluso con ilusión. Con el tiempo, en los propios grupos de trabajo, aparece todo aquello que va en contra del trabajo colaborativo. Y ya se abre una brecha que algunos, y solo algunos, se aprovechan de su condición como funcionarios.
Un ejemplo, cada cierto tiempo se produce la posibilidad de que se le ofrezca alguna comisión de servicio... pero es discrecional y por tanto subjetivo. No siempre es así, pero influye en los compañeros para que se "relajen", pues más veces de lo que pueda ser razonable se lo designan a gente que no cumple con dicha premisa, la de eficiencia y méritos.
O por ejemplo, hay concursos que implican subir de categoría, pero un simple error hace que se lo puedan dar a otro que no tenga ni las competencias ni los méritos que si se puedan aplicar para dicho puesto de trabajo. Luego puedes ir a juicio, años de espera, hay que pagar, pagar cuando a lo mejor representan 50 € más al mes y sin garantía de que se gane según el juez que dictamine.
También el 40% de los funcionarios se jubilarán en los próximos cinco años y no se reponen al ritmo que se están produciendo dichas bajas por la misma jubilación. Rajoy cerró las oposiciones y ahora tenemos las consecuencias. Pues convocarlas para que se cumplan todos los requisitos requieren de todo un proceso complicado. Y los que se van jubilando no pueden transmitir sus conocimientos a los nuevos, algo muy importante.
Los funcionarios que atienden al público necesitan para aprender un mínimo de seis meses, pues la complejidad de todos los sistemas que tienen para acceder a poder gestionar al ciudadano es tremenda.
Y como además se están jubilando...
Y sí, hay sectores del funcionariado donde hay un estrés tremendo, he conocido a funcionarios que al final han "reventado" y sirve de "ejemplo" para aquellos que deciden parar un poco para no acabar mal.
Otras cosas que influyen es que desde los últimos 15 años, las empresas privadas están detrás de todas las cuestiones tecnológicas. Básicamente en informática, sistemas, software, hardware, etc. Ellos trabajan bajo la premisa un proyecto, un proyecto poco realista hacia la atención del ciudadano.
Por ejemplo:
Deciden que hay que trabajar con el Office 365 en la nube.
Dan unos pocos meses para presentar posibles incidencias. Se presentan, pero es igual.
Y un día X deciden que se acabó el utilizar versiones anteriores.
Programas dejan de funcionar, los programadores (funcionarios) se vuelven auténticas bombas de relojería, los funcionarios que utilizan dichas aplicaciones no pueden trabajar, y se crean cuellos de botella, en donde hay mucho cabreo por no poder sacar el trabajo.
O por ejemplo, tengo constancia que por un pique político (de diferentes "colores", durante un tiempo), hubo un ayuntamiento que no suministraba el acceso a una serie de datos a una administración pública. Los funcionarios, por supuesto cabreados, pero sin poder hacer nada. Y esa imagen acabo perjudicando al colectivo que inicia el proceso de resolver los expedientes.
Y podría contar muchísimas cosas, incluso, de eso hace años, un boicot por parte de una empresa para evitar lo que alguno de los colectivos de funcionarios habían conseguido para mejorar la gestión, pero al ser una empresa, no le interesaba que eso funcionara, perdía dinero, claro. Eso crea mucha frustración a los funcionarios que estuvieron implicados.
Yo si estoy de acuerdo que se puedan despedir a los funcionarios, totalmente. Pero paralelamente se ha de cambiar todo el sistema interno. Pero yo he aprendido que la "cultura" manda. Y solo con unos cambios profundos en el modo de ver la vida se puede conseguir.
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El colectivo funcionarial es muy diverso. Pero lo que si es cierto es que se debería de trabajar en equipo, pues se forma una cadena de trabajo de unos grupos a otros. Cualquier fallo origina posibles problemas en toda la cadena.
Pero la cuestión es que todos empiezan con muchas ganas, incluso con ilusión. Con el tiempo, en los propios grupos de trabajo, aparece todo aquello que va en contra del trabajo colaborativo. Y ya se abre una brecha que algunos, y solo algunos, se aprovechan de su condición como funcionarios.
Un ejemplo, cada cierto tiempo se produce la posibilidad de que se le ofrezca alguna comisión de servicio... pero es discrecional y por tanto subjetivo. No siempre es así, pero influye en los compañeros para que se "relajen", pues más veces de lo que pueda ser razonable se lo designan a gente que no cumple con dicha premisa, la de eficiencia y méritos.
O por ejemplo, hay concursos que implican subir de categoría, pero un simple error hace que se lo puedan dar a otro que no tenga ni las competencias ni los méritos que si se puedan aplicar para dicho puesto de trabajo. Luego puedes ir a juicio, años de espera, hay que pagar, pagar cuando a lo mejor representan 50 € más al mes y sin garantía de que se gane según el juez que dictamine.
También el 40% de los funcionarios se jubilarán en los próximos cinco años y no se reponen al ritmo que se están produciendo dichas bajas por la misma jubilación. Rajoy cerró las oposiciones y ahora tenemos las consecuencias. Pues convocarlas para que se cumplan todos los requisitos requieren de todo un proceso complicado. Y los que se van jubilando no pueden transmitir sus conocimientos a los nuevos, algo muy importante.
Los funcionarios que atienden al público necesitan para aprender un mínimo de seis meses, pues la complejidad de todos los sistemas que tienen para acceder a poder gestionar al ciudadano es tremenda.
Y como además se están jubilando...
Y sí, hay sectores del funcionariado donde hay un estrés tremendo, he conocido a funcionarios que al final han "reventado" y sirve de "ejemplo" para aquellos que deciden parar un poco para no acabar mal.
Otras cosas que influyen es que desde los últimos 15 años, las empresas privadas están detrás de todas las cuestiones tecnológicas. Básicamente en informática, sistemas, software, hardware, etc. Ellos trabajan bajo la premisa un proyecto, un proyecto poco realista hacia la atención del ciudadano.
Por ejemplo:
Deciden que hay que trabajar con el Office 365 en la nube.
Dan unos pocos meses para presentar posibles incidencias. Se presentan, pero es igual.
Y un día X deciden que se acabó el utilizar versiones anteriores.
Programas dejan de funcionar, los programadores (funcionarios) se vuelven auténticas bombas de relojería, los funcionarios que utilizan dichas aplicaciones no pueden trabajar, y se crean cuellos de botella, en donde hay mucho cabreo por no poder sacar el trabajo.
O por ejemplo, tengo constancia que por un pique político (de diferentes "colores", durante un tiempo), hubo un ayuntamiento que no suministraba el acceso a una serie de datos a una administración pública. Los funcionarios, por supuesto cabreados, pero sin poder hacer nada. Y esa imagen acabo perjudicando al colectivo que inicia el proceso de resolver los expedientes.
Y podría contar muchísimas cosas, incluso, de eso hace años, un boicot por parte de una empresa para evitar lo que alguno de los colectivos de funcionarios habían conseguido para mejorar la gestión, pero al ser una empresa, no le interesaba que eso funcionara, perdía dinero, claro. Eso crea mucha frustración a los funcionarios que estuvieron implicados.
Yo si estoy de acuerdo que se puedan despedir a los funcionarios, totalmente. Pero paralelamente se ha de cambiar todo el sistema interno. Pero yo he aprendido que la "cultura" manda. Y solo con unos cambios profundos en el modo de ver la vida se puede conseguir.