Que meterían a los invasores en spas y hoteles de 4 y 5 estrellas. Las chicas de la cruz roja atenderían todas sus necesidades, llevándoles comida y bebida cual aguadoras en la retaguardia del ejercito. Desde el Gobierno pagarían tributo en forma de posada, ropajes y moneda del lugar. Aún así algunos no se darían por satisfechos y saldrían al pillaje del incauto transeúnte.