Vacunas y muerte súbita del lactante: un análisis de la base de datos VAERS 1990-2019 y revisión de la literatura médica
5. Conclusión
Este estudio halló que una proporción sustancial de muertes infantiles y casos de SMSL se produjeron en la proximidad temporal a la administración de la vacuna. El exceso de muertes durante estos periodos tempranos post-vacunación fue estadísticamente significativo (p < 0,00001). Se han propuesto varias teorías sobre el mecanismo patogénico que subyace a estos acontecimientos mortales, incluido el papel de las citocinas inflamatorias inducidas por la vacuna como neuromoduladores en la médula infantil que preceden a una respuesta anormal a la acumulación de dióxido de carbono; la desorganización fatal del control respiratorio inducida por adyuvantes que atraviesan la barrera hematoencefálica; y la toxicidad bioquímica o sinérgica debida a múltiples vacunas administradas simultáneamente.
Hay 130 formas oficiales de que un bebé muera, según la clasificación de la CIE, y una forma no oficial de que muera: por una reacción mortal a las vacunas. Cuando las muertes relacionadas con las vacunas se ocultan en las tablas de mortalidad, resulta difícil controlarlas y prevenirlas. Además, se niega a los padres la posibilidad de conocer honestamente la relación riesgo-beneficio de las vacunas y no es posible un verdadero consentimiento informado para la vacunación. Por este motivo, es deseable aumentar los esfuerzos y la transparencia para lograr un recuento preciso de la mortalidad infantil relacionada con las vacunas.
Los resultados de este documento deben sopesarse teniendo en cuenta los puntos fuertes y las limitaciones de los datos disponibles y el diseño del estudio. Aunque este documento no prueba una asociación entre las vacunas infantiles y las muertes súbitas de lactantes, revela patrones inusuales y señales de seguridad altamente sugestivas de una relación causal. Se justifica una investigación adicional. Encontrar formas de aumentar la seguridad de las vacunas, reducir las prácticas inexactas o incoherentes de certificación de la causa de muerte y apoyar a las familias en su intento de tomar decisiones sanitarias realmente informadas deben ser prioridades absolutas.