El camino al totalitarismo es muy corto y, en determinadas circunstancias que incluyen necesariamente el miedo de la población, puede andarse de forma voluntaria. Eso lo saben los hijos de puta que nos gobiernan y pagan a los traidores a los que votamos, y aprovecharán cualquier evento que les acerque a este objetivo, provocándolo si es necesario. Tenemos pruebas de ello continuamente, también en los países considerados estados de derecho, y esta noticia es un claro ejemplo. Por denunciarlo, el señor Campbell tiene todo mi respeto y apoyo. Es muy probable que el futuro sea una distopía orwelliana, a tenor de la tendencia actual, pero a muchos no van a convencernos de ir hacia allá callados y sonrientes.