La CIA ya maniobró en lo que pudo para que Allende no fuese investido presidente. Fracasó. Los documentos fueron desclasificados por las administraciones de Clinton y de Obama. Y no por convicción o valores, sino como intercambio de intereses con otros gobiernos.
La intervención gringa empezó antes de que Allende se desayunase niños. Kissinger charlaba con Nixon criticando la (para ellos) incompetencia de los militares chilenos a los que habían pedido asesinar a Schneider, comandante del ejército chileno que quería subordinar las Fuerzas armadas al poder civil. Lo lograron, finalmente, en octubre de 1970. Para entonces, ya Nixon había autorizado preparar el golpe de estado en connivencia con Agustín Edwards, el gran jefe del diario El Mercurio, gran traidor millonario de Chile.
El gobierno de Estados Unidos estuvo tras el deterioro de la economía chilena para llevar al país a una situación insostenible que justificase más o menos popularmente el genocidio que dirigió Pinochet. Allende terminó la expropiación de las empresas gringas que explotaban la minería en Chile llevándose los beneficios del país y dejando miseria. El proceso empezó antes de su llegada al poder y con compensaciones, pero Allende dejó de negociar, como había prometido en campaña. La nacionalización fue contestada con una dura política de boicot a Chile en la economía mundial, un embargo, como a Cuba. El objetivo era ahogar a Chile y a los chilenos por "votar mal".
Es normal que Kennecott Copper Corporation y otras pagasen con gusto el coste del genocidio de Chile. Allende decidió combatir esas injerencias con métodos de excepción. Nombró al despreciable Pinochet para defender la Constitución de Chile. El abyecto ser tracionó a su presidente y a todos los chilenos.
Estados Unidos no quería que la propuesta de Allende de redistribución de la riqueza continuase, por si funcionaba. Daba igual lo que hubiese que hacer para evitar que se extendiese a otros países de Sudamérica. Si funcionaba, era malo para los intereses de las transnacionales estadounidenses.
#35Allende terminó la expropiación de las empresas gringas que explotaban la minería en Chile llevándose los beneficios del país y dejando miseria. El proceso empezó antes de su llegada al poder y con compensaciones, pero Allende dejó de negociar
Muy inteligente Allende, nivel Che Guevara de ministro de economía en Cuba.
Same vibes.
En fin tú mismo te respondes, Allende era un fanático peligroso y por tanto un inútil.
Como he dicho varios mensajes más atrás, Pinochet era peor, porque Allende era un fanático peligroso pero nunca llegó a tener el poder absoluto que ansiaba y que manifestó varias veces querer asaltar, de Pinochet sí sabemos lo que hizo con su poder absoluto matar gente en estadio y tirar gente al mar.
#36 Como es normal, no te sales de los prejucios y, modestamente, no pareces tener idea alguna de lo que tratas más allá de los eslóganes del mundo neoliberal. Pero mi respuesta no la escribes tú.
Allende proponía en su campaña electoral la expropiación sin concesiones: devolver al Estado chileno la propiedad de sus recursos naturales. Pero no sólo eso. También, educación gratuita universal, sistema de salud público, pensiones dignas, ayudas sociales... En definitiva, un mejor reparto de la riqueza. Pagaría eso con la gestión de los recursos naturales del país, enormes. El pueblo chileno, soberano, legitimó su acción con el voto. Ya sabes, la democracia y esas cosas. A los gringos no les gusta que la gente sea soberana si es para no someterse a su poder imperial. Es lo que tienen los imperios y este no es muy distinto.
La documentación desclasificada por el gobierno de Estados Unidos (ya sabes, no se trata de opiniones en la barra de la cantina, ni libros de César Vidal) demuestra los hechos. Tu conclusión sobre la persona de Allende sólo es una instancia más del discurso ultra consistente en culpar a la víctima de lo que hace el agresor. El pueblo chileno habría podido echar a Allende en las siguientes presidenciales. Pero los gringos no iban a exponer a sus millonarios a que los chilenos votasen de nuevo a Allende, menos aún a que su ideal realmente funcionase y sus vecinos Argentina y Brasil, copiasen el modelo.
La simplificación de acusar a Allende de fanático peligroso ya la intentó vender la administración Nixon (la Historia ya dice qué clase de persona y político fue) con escaso éxito. Cuando vieron las salvajadas de la Operación Cóndor, no las aprobaron, pero ya no iban a poder detener el proceso de genocidio que habían impulsado y materializaba el despreciable Pinochet.
#37 Libros de César Vidal, y hablas tú de prejuicios, estás chalao.
¿eslóganes?
Pero si eres un eslogan con patas.
En fin todo eso de reparto de la riqueza está muy bien, pero Allende lo único que consiguió con su fanatismo es una inflación del 380%, hundir los salarios y condenando a su pueblo a la miseria.
De buenas intenciones está el cementerio lleno.
Por supuesto te niegas a comentar las frases de Allende donde ordena saltarse la justicia.
Y sí, era una fanático ultra que iba de líder mesiánico, por supuesto al igual que todos los líderes populistas de mierda siempre hablaba de programa del pueblo, mandato popular, etc etc.
El caso es que cuando perdió las elecciones parlamentarias, mandato popular, hizo lo mismo que Hugo Chávez y Maduro, intentar montar un gobierno paralelo follándose el parlamento, al viejo estilo comunista, parlamento mientras yo gane elecciones pero si las pierdo me follo el parlamento.
#38 He leído a Vidal y le he escuchado años hasta que Federico le invitó a irse de Es Radio. No es un prejuicio, le conozco bien.
Parafraseando a AnacletoPanfleto: En fin, todo eso de la libertad está muy bien, pero lo único que consiguieron los judíos es ser exterminados.
Las propuestas revolucionarias de Allende, ese dictador, con las frases (no órdenes, aprende semántica) con las que José Carlos Rodríguez, en The Objective, construye su relato, eran rechazadas por el Congreso, donde su formación no tenía mayoría. Resumo: le votaban en contra y no se hacía. Vaya dictadura.
#40 Me consta que eres más de Kierkegaard. Pero Vidal, como locutor de radio, era bueno, al menos cuando le escuchaba hace años, y sabía llevar su discurso ultra con mucha calma y hasta una ironía que se hacía amena.
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La CIA ya maniobró en lo que pudo para que Allende no fuese investido presidente. Fracasó. Los documentos fueron desclasificados por las administraciones de Clinton y de Obama. Y no por convicción o valores, sino como intercambio de intereses con otros gobiernos.
La intervención gringa empezó antes de que Allende se desayunase niños. Kissinger charlaba con Nixon criticando la (para ellos) incompetencia de los militares chilenos a los que habían pedido asesinar a Schneider, comandante del ejército chileno que quería subordinar las Fuerzas armadas al poder civil. Lo lograron, finalmente, en octubre de 1970. Para entonces, ya Nixon había autorizado preparar el golpe de estado en connivencia con Agustín Edwards, el gran jefe del diario El Mercurio, gran traidor millonario de Chile.
El gobierno de Estados Unidos estuvo tras el deterioro de la economía chilena para llevar al país a una situación insostenible que justificase más o menos popularmente el genocidio que dirigió Pinochet. Allende terminó la expropiación de las empresas gringas que explotaban la minería en Chile llevándose los beneficios del país y dejando miseria. El proceso empezó antes de su llegada al poder y con compensaciones, pero Allende dejó de negociar, como había prometido en campaña. La nacionalización fue contestada con una dura política de boicot a Chile en la economía mundial, un embargo, como a Cuba. El objetivo era ahogar a Chile y a los chilenos por "votar mal".
Es normal que Kennecott Copper Corporation y otras pagasen con gusto el coste del genocidio de Chile. Allende decidió combatir esas injerencias con métodos de excepción. Nombró al despreciable Pinochet para defender la Constitución de Chile. El abyecto ser tracionó a su presidente y a todos los chilenos.
Estados Unidos no quería que la propuesta de Allende de redistribución de la riqueza continuase, por si funcionaba. Daba igual lo que hubiese que hacer para evitar que se extendiese a otros países de Sudamérica. Si funcionaba, era malo para los intereses de las transnacionales estadounidenses.
Muy inteligente Allende, nivel Che Guevara de ministro de economía en Cuba.
Same vibes.
En fin tú mismo te respondes, Allende era un fanático peligroso y por tanto un inútil.
Como he dicho varios mensajes más atrás, Pinochet era peor, porque Allende era un fanático peligroso pero nunca llegó a tener el poder absoluto que ansiaba y que manifestó varias veces querer asaltar, de Pinochet sí sabemos lo que hizo con su poder absoluto matar gente en estadio y tirar gente al mar.
Allende proponía en su campaña electoral la expropiación sin concesiones: devolver al Estado chileno la propiedad de sus recursos naturales. Pero no sólo eso. También, educación gratuita universal, sistema de salud público, pensiones dignas, ayudas sociales... En definitiva, un mejor reparto de la riqueza. Pagaría eso con la gestión de los recursos naturales del país, enormes. El pueblo chileno, soberano, legitimó su acción con el voto. Ya sabes, la democracia y esas cosas. A los gringos no les gusta que la gente sea soberana si es para no someterse a su poder imperial. Es lo que tienen los imperios y este no es muy distinto.
La documentación desclasificada por el gobierno de Estados Unidos (ya sabes, no se trata de opiniones en la barra de la cantina, ni libros de César Vidal) demuestra los hechos. Tu conclusión sobre la persona de Allende sólo es una instancia más del discurso ultra consistente en culpar a la víctima de lo que hace el agresor. El pueblo chileno habría podido echar a Allende en las siguientes presidenciales. Pero los gringos no iban a exponer a sus millonarios a que los chilenos votasen de nuevo a Allende, menos aún a que su ideal realmente funcionase y sus vecinos Argentina y Brasil, copiasen el modelo.
La simplificación de acusar a Allende de fanático peligroso ya la intentó vender la administración Nixon (la Historia ya dice qué clase de persona y político fue) con escaso éxito. Cuando vieron las salvajadas de la Operación Cóndor, no las aprobaron, pero ya no iban a poder detener el proceso de genocidio que habían impulsado y materializaba el despreciable Pinochet.
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¿eslóganes?
Pero si eres un eslogan con patas.
En fin todo eso de reparto de la riqueza está muy bien, pero Allende lo único que consiguió con su fanatismo es una inflación del 380%, hundir los salarios y condenando a su pueblo a la miseria.
De buenas intenciones está el cementerio lleno.
Por supuesto te niegas a comentar las frases de Allende donde ordena saltarse la justicia.
Y sí, era una fanático ultra que iba de líder mesiánico, por supuesto al igual que todos los líderes populistas de mierda siempre hablaba de programa del pueblo, mandato popular, etc etc.
El caso es que cuando perdió las elecciones parlamentarias, mandato popular, hizo lo mismo que Hugo Chávez y Maduro, intentar montar un gobierno paralelo follándose el parlamento, al viejo estilo comunista, parlamento mientras yo gane elecciones pero si las pierdo me follo el parlamento.
No era un fanático no.
De hecho este vídeo está hecho con IA
twitter.com/OOCprogresismo2/status/1701264341725802757
Parafraseando a AnacletoPanfleto: En fin, todo eso de la libertad está muy bien, pero lo único que consiguieron los judíos es ser exterminados.
Las propuestas revolucionarias de Allende, ese dictador, con las frases (no órdenes, aprende semántica) con las que José Carlos Rodríguez, en The Objective, construye su relato, eran rechazadas por el Congreso, donde su formación no tenía mayoría. Resumo: le votaban en contra y no se hacía. Vaya dictadura.
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¿Y ahora metes aquí el holocausto para banalizar?
-1 por memo.