Empleados de comercio y hostelería ven "difícil" aplicar la rebaja de la jornada laboral a 37,5 horas: "Sin control no será eficaz"

En la puerta de un negocio de pinturas y material de reforma de la calle Áncora de Madrid, Florian Bucur, de 52 años, manos en jarra, toma un respiro de su de su trabajo como dependiente, y echa una mirada al cielo cuando se le pregunta su opinión sobre la previsible reducción de la jornada laboral máxima de 40 horas a 37,5 semanales que, con tanta polémica, está intentando sacar adelante el Gobierno.