#1 Tampoco decepcionan los de menéame (una parte de ellos, me refiero). Recuerdo una noticia donde unas gitanas pretendían llevarse un jamón, creo recordar, y otros alimentos "de lujo" de un súper, con carricoche y criatura mediante (así aprenden de pequeños la mecánica, bien jugado), cuando los empleados las retienen y se forma un lío. Pues bien, no faltaron los meneantes que veían fatal que los empleados tomasen cartas en el asunto, qué quienes eran para evitar el hurto, que si no les van en la nómina, que si no les pagan para eso, que si el empresario tiene la culpa, etc. Que hay temas que se pueden debatir, pero entre no hacer nada o darle un trompazo al chorizo, creo yo que habrá un término medio. Al fin y al cabo, si los robos no se paran saldrán perdiendo todos a la larga: empresa, empleados y clientes.