Yo me retiré un poco antes del final, asombrado como nunca antes -y he visto todos los "debates" del pasado- por la insolente vacuidad de los candidatos, su indisposición para gobernar para los ciudadanos y, eso sí, su plena disposición para servir a los poderosos, dedicados a hablar de sus problemas, discutir sobre sus socios, y defender sus datos trucados. Y estos van a recibir 2 de cada 3 votos. No tenemos arreglo.