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Ripio: un Robespierre en alpargatas

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Hace unos días se publicó un Orangeterapy - cuya lectura recomiendo encarecidamente - sobre dos de los más insignes guías espirituales de Moñéame: Ripio y Charles Dexter Ward. www.mediatize.info/tema/ORANGETERAPY/hablemos-chupi-ripio-charles

Su autor, un tal 873, se despachaba a gusto con ambos personajes; tanto, que hay quien opina que se trata de otro de los “antiguos” de Moñéame, que recientemente ha estado entrando y saliendo por la puerta giratoria del agregador, y cuya relación con Ripio, sobre todo, es mala tirando a pésima. Lo cual no es dar muchas pistas porque ¿quién puede llevarse bien, pero bien de verdad, con Ripio?

Suscribo lo dicho por 873 (sea quien sea) sobre Dexter y Ripio. Pero me gustaría añadir al retrato robot de Ripio una pincelada, el diagnóstico que creo que puede ser apropiado: su narcisismo enfermizo y delirante.

Una persona con Transtorno de Personalidad Narcisista (uno de los varios tipos de trastornos de la personalidad) es un trastorno mental en el cual las personas no es que estén “enamoradas de sí mismos” ni “se creen más guapos que nadie”, sino que tienen un sentido desmesurado de su propia importancia, una necesidad profunda de atención excesiva y admiración, y una carencia de empatía por los demás. Sin embargo, detrás de esta máscara de seguridad extrema, hay una autoestima frágil que es vulnerable a la crítica más leve; y cuando el narcisista se manifiesta desde una posición aparentemente invulnerable (como la jefatura de una cadena de mando, o el anonimato de un agregador de noticias acompañado de la protección de los Chupi) su agresividad puede ser extrema.

Como ven, 873 lo ha bordado, o casi.

No es raro, en nuestros amigos Narcisos, la identificación con algún personaje histórico; no necesariamente alguien simpático para la opinión pública, sino con alguien que les parezca figura de referencia para los ideales que Narciso quiere representar ante su público.

En este caso, Narciso/Ripio se identifica (y desde hace mucho) con Torquemada, primer Inquisidor General de Castilla y Aragón. Vemos algunos ejemplos de ello:1

"Fdo. Comando Torquemada"; "Algunos también dicen que soy el Torquemada de MnM"; "Me llaman Torquemada"; "Soy un Torquemada del XXI"; "McCarthy era un blandengue, yo soy mas de Torquemada"; "Me imagino en mi papel de Torquemada, presidiendo un auto de fe y llevando a la hoguera spammers, haters y quemando blogs"; "El Torquemada de Mnm soy yo, asi que chiton, no quieras mear tan alto"; "Ya veo que de mayor quieres ser un Torquemada como yo. Me llena de orgullo, pero vas a tener que comer muchos potitos".

La figura de Torquemada nos ha llegado muy distorsionada por la Leyenda Negra, que lo presencia como máximo ejemplo de la crueldad y fanatismo al servicio del catolicismo. Sin embargo, claro es que Ripio/Narciso no se quiere presentar exactamente con tales prendas, sino más bien (como él dice en uno de sus post) como defensor de la pureza de las reglas de Moñéame (denunciando a los admins todo aquello que a él le parezca duplicado, spam, o delito de odio). Todo, por supuesto, presentando su figura con una aureola de luchador contra la injusticia.

En realidad, según mi opinión, no es el Torquemada histórico la figura a la que Narciso/Ripio le gustaría parecerse, aunque él lo crea así. La Inquisición, y Torquemada en particular, no juzgaba ni condenaba a judíos, ateos o musulmanes, que caían dentro de otra jurisdicción. Se encargaba de aquellos cristianos (Cristianos Viejos o conversos de otra religión) que se entregaban a desviaciones de la Doctrina de la Fe. Contrariamente a la creencia pública, Torquemada, en muchas ocasiones, desestimaba como "cuentos de viejas" las acusaciones de brujería y la aparición del Diablo detrás de casos de enfermedad mental, consumo de sustancias tóxicas, etc. Trató de introducir unas ciertas garantías procesales para los acusados y un mínimo de pruebas científicas antes de condenar.2

¿Con quién compararlo? Pues con Maximilien Robespierre abogado y político francés (1758-1794), cuyo apodo "El Incorruptible" señalaba una fama de virtud e integridad personal... que ya le gustaría tener a Narciso/Ripio. Ya le gustaría.

Porque tampoco Robespierre fue el Tirano Sediento de Sangre que nos presenta su Leyenda Negra. Influyente en el Club de los Jacobinos, pronto pasó a ser miembro de la Convención Nacional (que detentaba el poder legislativo de la Francia revolucionaria) y del Comité de Salvación Pública (una especie de Gobierno de Emergencia); durante 1793-1794 Robespierre fue la máxima figura de ambos organismos... o al menos quien dio más la cara.

Y es que su fama de Incorruptible la obtuvo de su creencia en la honestidad y honradez personal por encima de todo, incluso de sus amistades personales. Las condenas de grandes amigos suyos, sobre todo Georges Danton, Camille Desmoulins y su esposa Lucille (a quienes había servido de testigo de boda) suelen ser vistas en la Historia como pruebas de su iniquidad. En realidad, son pruebas de que el ardor fanático y persecución de la pureza revolucionaria pueden acabar quemando a los mismos que la persiguen.3

Pero, aunque Robespierre fue la cabeza visible del Terror, bajo las actas de acusación y condena no figuraba sólo su nombre; en realidad, ni siquiera era el que más aparecía. En muchos de esos documentos figuran (y no pocas veces) los nombres de quienes acabaron provocando su caída el 9-Thermidor (26 de Julio de 1794): Barras, Tallien, Foucé, Barère, Fréron...4

Evidentemente, Narciso/Ripio no es Robespierre.

El político francés defendía a su país, la limpieza de costumbres, la honradez hasta el último céntimo, la creencia en un Ser Supremo, los ideales de la Declaración de los Derechos del Hombre y la Revolución. Todos los días, vestido de forma inmaculada (la limpieza en su vestir era proverbial), acudía para denunciar ante la Convención aquellos casos que, según él o las informaciones recibidas, traicionaban los ideales revolucionarios.

Ripio/Narciso defiende las reglas de Moñéame... según las entiende él. Todos los días, a todas horas (¿de qué ha vivido este hombre la última década?) abre su Moñéame para tomar pequeñas y ruines venganzas de aquellos usuarios de aquellos con quienes tiene algún motivo de rencor, votando negativo a las noticias que éstos suben. En muchas ocasiones, si no las más, el voto en contra no está justificado salvo en el cerebro de Ripio/Narciso, del mismo modo que los usuarios a quienes persigue y hostiga, por lo general, no responden sino con la indiferencia.

Ripio/Narciso es, pues... Un Robespierre en alpargatas, como Moñéame nació con pretensión de defender los mismos ideales que la Revolución Francesa y, ahí los tienes, han acabado siendo los "avec-culottes".5

La respuesta de los lametraserillos de Moñéame es la misma que la de los que fueron seguidores, y luego verdugos, de Robespierre: este, o sus partidarios, como Saint-Just, denuncian desde la tribuna de la Convención Nacional a gente que no son rigurosos o puros en la defensa de los ideales revolucionarios; inmediatamente, una gran masa de parlamentarios (en muchos casos, por miedo a que luego ellos sean los denunciados) secunda la moción y, ni que decir tiene, nadie se opone, porque el que lo haga tiene muchos números para acabar en la guillotina.

Ripio/Narciso vota negativo; advierte (por Nótame o por correo privado) a quienes cree sus fieles seguidores y adoradores, de su nueva mini-cruzada, y consigue por aclamación la condena del acusado. Robespierre les guillotinaba; su émulo en zapatillas consigue que cierren noticias, que baneen, o metan un strike a aquellos con quienes ha tenido algún roce o que defienden puntos de vista opuestos al suyo.

Crees, oh, ¡Ripio/Narciso!, que porque la chupi te ríe las gracias, siempre vas a estar en lo más alto del Karma. Pues sabe, Robespierre en alpargatas, que tu final será también como el de él.

Un día, tal vez no muy lejano, cambiará el dueño de Moñéame, o no le será rentable tolerar vuestra tiranía y nombrará nuevos administradores que juzguen imparcialmente las denuncias.

Entonces será el llanto y el rechinar de dientes; todos aquellos que te odian pero que no se atreven a denunciarte; todos aquellos que ríen a regañadientes tus comentarios bordes, pero no dicen nada para que no les caigan encima tus acólitos… Todos esos caerán sobre tí y te expulsarán de tu Trono, amigo Ripio/Narciso.

Estoy por abrirme un nick con el nombre Charles-André Merde para ser el primero que dispare.6

Y (si sois tan vagos que no os leéis las notas) no por Charles Dexter Ward, que conste. A ése no le hace falta cambiar de apellido.

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