Cuentas de Menéame (II): Rap de la Monja
Oigan todos una historia sorprendente,
de una Monja que en Menéame había.
A la CHUPI le servía como espía;
y disfrutaba al chivarse de la gente.
"Eso no es cierto; me da remordimiento.
Cuando reporto a alguien, bien que lo siento"
Dice que denuncia casos muy contados,
solo si es reincidente el ofensor.
Luego le da pena, va al confesor,
y le pide el perdón para sus pecados.
"Poca habrá sido la gente denunciada;
perdono las ofensas, no soy malvada"
Pero dice el cura: "Menuda mentira;
de la Confesión, es mi mejor clienta.
De sus denuncias, he perdido la cuenta,
tiene a todo el mundo en el punto de mira.
Al confesar se da golpes en el pecho;
pero que disfruta, yo siempre sospecho".
Mellada la llaman; quizá lo merezca
no por defecto en su cuerpo mortal
sino por tara en su fibra moral.
Que la soporte, aquel que le apetezca.
"Pero… ¿por qué, si soy dulce y adorable…
si todos me ven como humilde y amable…?”
Mentira tan burda que a risa nos mueve;
patraña corrupia, trola soberana;
si la Monja Mellada fuese italiana
en vez de Pinocho... sería Pinueve.
“Debo protestar de tan gran injusticia
son acusaciones llenas de malicia”
Pueden preguntar a algún Meneante
el susto y terror, el pánico sentido
cuando oyen a lo lejos su bramido
llamando "@ADMIN" con su trompa de elefante.
"No" -dice el cura- "Se llama barritado.
En todo lo demás, bien la han clavado"
La CHUPI la defiende y la respeta.
Aunque nadie la quiera, miedo le tienen,
no sea que sus gritos suenen y atruenen
y derribe Jericó con su trompeta.
"Tonto estoy" -dice un CHUPI- "Me hago caquita
cuando La Monja Mellada brama y grita"
El tiempo se acaba, y ya lo siento
porque, vean, tengo una ilusión:
saber dónde vive La Monja Mellada
entrar de una manera disimulada
encontrar de la Monja la habitación
y echar un truño, CAGARME EN EL CONVENTO.