#11 No lo es. Lo segundo es el eufemismo con el que social y tradicionalmente se ha justificado el maltrato a una persona, generalmente mujer. Pero esa persona es como se concibe a sí misma porque tiene existencia propia.
España, como cualquier nación, no es un ser, es una idea más o menos común y que, curiosamente, pocos pueden formular con detalle. Por tanto no se concibe a sí misma, sino que es concebida por personas. Y hay tantos conceptos como personas.
#16 Creo que te refieres a que la nación española es un sujeto político. Como las demás. Cada uno puede creer en la suya y aceptar o negar las que creen los demás. Las naciones no existen en la naturaleza, ni las fronteras se ven desde el espacio. Son invenciones humanas y más bien recientes, todas con un origen mítico o divino.
#17 Y la Historia es una ficción sobre la que nos ponemos de acuerdo, ya.
Pero tenemos derecho a proteger la nación española de invenciones recientes, sobre todo cuando sólo son defendidas por nacionalismos catetos y excluyentes con tendencias violentas.
#18 Defender ideológicamente, sin duda. Todos tienen derecho a defender sus ideas y argumentarlas. Pero no veo que tenga ningún sentido insistir en que la nación en la que uno cree sea la buena y las demás, basura. Es un tipo de pensamiento más bien religioso que da pie a pensar que todas sean una mera invención para que muchos estén dispuestos a entregarse y unos pocos, a benefiaciarse de ellos.
#19 Hombre, la historia de los separatismos en país vasco y Cataluña no es precisamente edificante: yo sí llamaría basura a esos inventos.
Mientras aquí tiramos esfuerzo y dinero en esa mierda, mira Francia. Algún cartelito llorando por la infrafinanciación, y celebrar las victorias del Olimpique sólo porque le jode a los parisinos: por lo demás, presencia estatal en todo el territorio, igualdad ante la ley, menos corrupción, los intereses internacionales de Francia mejor defendidos...
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España, como cualquier nación, no es un ser, es una idea más o menos común y que, curiosamente, pocos pueden formular con detalle. Por tanto no se concibe a sí misma, sino que es concebida por personas. Y hay tantos conceptos como personas.
Se le oponen delirios etnicistas o lingüísticos excluyentes paridos por gentuza como Cambó, Maciá o Arana en el siglo XIX.
Pero tenemos derecho a proteger la nación española de invenciones recientes, sobre todo cuando sólo son defendidas por nacionalismos catetos y excluyentes con tendencias violentas.
Mientras aquí tiramos esfuerzo y dinero en esa mierda, mira Francia. Algún cartelito llorando por la infrafinanciación, y celebrar las victorias del Olimpique sólo porque le jode a los parisinos: por lo demás, presencia estatal en todo el territorio, igualdad ante la ley, menos corrupción, los intereses internacionales de Francia mejor defendidos...