Evasores
Viñeta de Ferrán Martín para Republica.com (06-12-2016)
Viñeta de Ferrán Martín para Republica.com (06-12-2016)
Se le llamaba periodismo. Los gurús de la profesión (Inda & Marhuenda) han publicado antes de terminar el partido la crónica del encuentro afirmando que el Barça había quedado eliminado por el PSG. ¿Motivo? ¿Ser los primeros? ¿Ganar más audiencia?
A principios de abril de 2015, un vecino del pueblo argentino de San José de Balcarce encontró el cadáver de José Alberto, un agricultor local de cincuenta y ocho años, desnudo y abrazado a un espantapájaros al que había añadido un tubo de plástico como simulacro vaginal. Así llegó el pobre hombre a la efímera fama de la viralidad internáutica, con centenares de diarios online titulando con alguna variante de: «campesino fallece al fornicar con un espantapájaros». Nacer, crecer y reproducirse para luego al morir ser motivo de clickbait.
El horno no está para bollos y la Casa Real, de nuevo, ha vuelto a cometer un desliz imperdonable. Mientras que el Estado esgrimía como dogma la inviolabilidad de la imagen del Rey contra las protestas de la CUP, la princesa y la infanta estuvieron cerca de decapitar la imagen de su padre mientras jugaban en el salón.
Agentes del Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT) de la Policía Nacional han detenido esta tarde a un terrorista que pretendía atentar contra Mariano Rajoy y acabar con el Gobierno de España mediante la publicación de un mensaje en la red social Twitter. “Lo detuvimos cuando estaba a punto de darle al botón de publicar, apuntaba directamente al presidente”, informan las autoridades.
En 1972 un antiguo peluquero de Queens, un asistente de cámara, un ayudante de producción de origen judío en estado de excitación permanente, un chuloputas llamado Chuck y una chica llamada Linda Boreman aterrizaron en la ciudad de Miami y se dirigieron al motel The Voyager, en Biscaine Blvd. Allí se encontraron con un tipo llamado Lenny Camp que debería …
La claridad del agua permitía ver el fondo como si estuviese tan solo a unos pocos metros. El profesor Ulises Flynn permanecía encima del saliente rocoso, aspirando la brisa del mar. El sabor a salitre se pegó a sus labios. La piel de su torso estaba iluminada por los rayos de sol que incidían sobre ella. Todo parecía etéreo. Por unos instantes creyó encontrarse solo en el mundo. Como si la única presencia a la que debía de rendir cuentas fuese la del océano. Un mar de emociones inundó sus sentidos. Retornó a aquel mágico año donde aprendió a..