Los mayores LGTBI, de los palos del franquismo al olvido
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A Fede, de 58 años, lo denunció su propia madre por la Ley de Peligrosidad Social y fue uno de los muchos que sufrió la dura represión social y franquista. La mili era otro de los peores castigos, cuenta Manolo, y el calabozo era donde acababan los "maricones", como les decía su sargento". Chueca ha popularizado un gay guapísimo, un prototipo. A la gente mayor, algunos que acabaron en la cárcel, no...