A la mañana siguiente, Balasuriya encontró una multitud de vecinos, algunos de los cuales nunca había hablado, haciendo reparaciones y limpiando vidrios rotos. El propietario de un salón de belleza cercano puso en marcha una campaña de financiación colectiva para reunir más de 11.000 libras esterlinas destinadas a las reparaciones. Un albañil local reemplazó sus ventanas de forma gratuita. Uno de sus proveedores apareció con una vitrina de helados. Unos días después, volvió a abrir la tienda. “Nunca imaginas que vas a recibir tanto apoyo”...