¡Qué cachondo y campechano que es el tío! Ni se indigna, ni se sorprende, ni nada, tampoco aprovecha para contar su versión de qué hacía viajando múltiples veces en el Lolita Express al caribe, con destino final la isla de su amigo Epstein, etc. No, porque no lo necesita, simplemente, se descojona de la pregunta. Para mí esto demuestra que está 100x100 seguro de su impunidad: los cabos han sido bien atados.
¡Olé al que le pregunta! Como he leído en una respuesta, es que, vamos a ver, los llamados "periodistas" no se han atrevido a hacer este tipo de preguntas tan obvias. ¿No resulta curioso? ¿Están comprados o están comprados? Yo creo que están comprados.