entrar registro

La impunidad y la levedad del ser

3039 visitas
|
votos: 9 · 6
|
karma: 127
|

Que estemos hablando de un asunto como este en un contexto histórico en el cual el mundo está cambiando ante nuestros ojos, no deja de ser paradójico. Tenemos un sistema político corrupto, con unos dirigentes que no saben qué es trabajar, o responder ante sus actos, y una amoralidad y cinismo que no se veían desde hace 100 años.

Pero bueno, nuestros protagonistas, Pedro Sanchez y Carlos Puigdemont, no dejan de ser supervivientes profesionales a los que habían dado por cadáveres políticos muchas veces, pero como la mierda, siempre acaban saliendo a flote por deméritos propios y ajenos.

De Pedro Sanchez, poco se puede decir, aparte de que es un político de carrera experto en vestir con buena percha los trajes chaqueta, y que queda tan bien en la foto, como cumple al pie de la letra con lo que le dicen y salirse con la suya. Su ambición, sin límites, igual que la de Carlos Puigdemont,

Puigdemont no deja de ser otro vividor, con un interesante historial de malversación ya en sus días como alcalde de Gerona, ya dejó un buen recuerdo de su gestión en Aguas de Gerona, de lo que escapó impune tras convertirse en presidente de la Generalidad catalana. Un mal bicho al que llaman "el vivales", y le queda corto. Es alguien que ya pactó con el PSC, tras haberse fugado ya a Waterloo, mantener a su señora, Marcela Topor un sueldecito nescafé de 6000 al mes, gracias a un presunto programa televisivo realizado para la Diputación de Barcelona (DIBA),

Tras engañar a todo el mundo sabiendo que jamás podría conseguir nada tras el butifarrendum del 1-O, ya ha vendido a su madre para estar donde está e irse de rositas. El siguiente paso, obvio, fue seguir viviendo del cuento, mientras ha podido, montando distintos chiringuitos (consejo por la república, tsunami democrático) destinados a recaudar fondos para pagar su casoplón de Waterloo y hacer como el que "hace país" mientras seguía viviendo de la mamandurria en el parlamento europeo.

Puigdemont necesita seguir manteniendo el suflé procesista, desesperadamente, y busca la confrontación para seguir con su nivel de vida. Estas elecciones han sido muy malas, dado que, tras haber perdido el control en la DIBA y la posibilidad de ser expulsado del parlamento europeo tras estar impugnado su escaño, las cosas pintaban muy feas y sus parroquianos estaban desmoralizados y sus ingresos se podían reducir a la nada.
Y no ha doblado la espalda para currar en su vida. Cosa extensible al 100% de nuestros políticos.

La diferencia entre el indulto y la amnistía es que el indulto cancela las consecuencias penales, pero no las civiles, por la cual Puigdemont y toda la cohorte de indepres que protagonizaron el intento de golpe de estado en 2017 para cambiar el orden constitucional el España unilateralmente están inhabilitados para cargo público. Los peor de todo es que, Puigdemont necesita el ordago final para garantizarse una completa amnistía para todos los implicados a los que engañó, a sabiendas de que no tiene ningún tipo de posibilidades de salir victorioso a largo plazo, y que un pacto con el PSOE lo va a debilitar ante su militancia, por lo que una eventual legislatura estará muerta en un periodo de un año, en cuanto los ConverJuntos decidan que no han sangrado, humillado y conseguido toda la impunidad posible del PSOE y apoyen al PP en una moción de censura.

De regalo, la CUP, mientras el PSOE negocia con Puigdemont, va a enviar a la mesa del parlamento autonómico catalán una nueva ley para tramitar (de nuevo) la independencia por la via unilateral, mientras ERC, el partido que no es ni de izquierda, ni republicano, intenta colar un nuevo butifarrendum, pero esta vez vinculante, con la pirueta mágica y salto de fe de no tocar el título II de la Constitución en el proceso.

Hemos de recordar que lo único bueno que hizo el gobierno anterior fue desinflar el delirio procesista y que toda persona con dos luces se diera cuenta que eso no iba a ningún sitio tras empezar Cataluña a sufrir las consecuencias de sus actos en forma de éxodo de empresas y capitales.

El tan cacareado "déficit fiscal", una trampa al solitario más del independentismo para continuar el drama en el que "Madrit roba a Cataluña", finalizó con el temido éxodo de personas físicas y jurídicas, que son las que pagan los impuestos, ante la inseguridad jurídica que se avecinaba, con la segunda posición en cuanto importancia económica, y con la deuda autonómica más grande, dado a la nefasta gestión económica dedicada en cuerpo y alma a gastar dinero en chiringuitos para colocar amigotes, todos de 8 apeyits catalanes.

Pero, eso no significa nada para los hiperventilados. Las manifestaciones del bando independentista han sido monopolizadas por sexagenarios y septuagenarios nostálgicos de una Cataluña de señores y criados, los mismos que vivieron estupendamente durante el franquismo y han visto cómo sus amados líderes han dilapidado la ventaja obtenida, gracias a pagarle la fiesta del golpe de estado del 36 a Mola y a Sanjurjo, la democratización del declive económico en toda Europa, y unas pésimas decisiones (entre la malversación de fondos públicos, el nepotismo, y la endogamia en las posiciones importantes), a la segunda posición entre las autonomías españolas, y bajando. Esto, no es una buena noticia: el drama lacrimógeno de los indepres, la narrativa donde un popla suparió con destino manifiesto es subyugado por unos colonus y ñordus y butiflers que les oprimen y no les dejan ser yiures, no cuela entre los jovenes.

Al independentismo más cerril le quedan 10 años, los 10 años que la demografía necesita para mandar a criar malvas a los hiperventilados, de los cuales, los más fieles a la causa, no ven con buenos ojos que el inefable Vivales de Amer pacte retrasar la independencia a cambio de su impunidad, y la de todos los que se han beneficiado de la confrontación y de la fractura social durante la última década.

Si algo se le puede echar en cara a los ConverJuntos, es haber despertado a la bestia del nacionalismo Español, con el que se sienten no solo cómodos sino que les es imprescindible para que sus feligreses no empiecen a pensar en menudencias como el origen fortuna estimada en 500 millones de euros obtenida por el clan Pujol desde la transición.

Disfruten de lo votado.

Ruido de sables

Para una buena guerra civil, hacen falta dos bandos (check!), que se quieran pelear (check!), y un ambiente caldeado (check!). Los tiets y cuñadets catalanes de 8 apeyits con ADN Premium Carolingio (que representa, no olvidemos, a un 15% de catalanes con derecho a voto) tienen a su némesis en los aburguesados y muy nostálgicos Cayetanos, porque al resto, no les echan cuenta. Ambos grupos, que echan de menos los tiempos de placidez tras la guerra civil, donde todo era como dios manda, andan calentitos buscando un enemigo con el que hostiarse. Da igual que seas botifler, o ñordu, o rojo separata.
El odio es rancio, con extra de miasmas: unos quieren lubertat y dret a dasidí (y limpiar Cataluña de moros, negros, panchitos y "colonos"), y los otros, pues también: limpiar España de moros, negros, rojos, separatistas, y gente de mal vivir.

Una de las falacias más grandes que uno puede leer estos días es que "la izquierda y los separatistas" se alinea contra "la derecha y ultraderecha".
Nada más lejos: el PSOE ya ha demostrado que está lejos de ser el partido que fundó Pablo Iglesias Posse, habiendo renegado de su origen marxista, y habiendo renunciado a toda la posible decencia tras haber sido respaldado por Henry Kissinger, la CIA, y su valido Willy Brandt durante los años 70.
El precio a pagar por el vasallaje: la entrada en la OTAN, y el desmantelamiento del sector público, la agricultura, y la industria, con el argumento de que "no era rentable sin subvenciones" para convertirnos en un país de camareros tras entrar en la UE.

La España de nuestros días es la consecuencia de ese consenso entre unos arribistas y "los de toda la vida", donde no han dejado de llenarse los bolsillos tras el infame café para todos de Alfonso Guerra, con el precio que ya sabemos: multiplicación x 17 de cargos públicos, multiplicidad x 17 de carguitos de confianza, multiplicidad de legislaciones, y balcanización de un estado que no necesitaba inventarse más administración pública para reducir el impacto de la destrucción de empleo en todos los sectores.

Y lo peor de todo, la sobrerrepresentación de partidos minoritarios nacionalistas, consecuencia de un sistema electoral, que intentando compensar el poder central frente a territorios menos poblados, hace que partidos definitivamente lesivos para el interés general, tengan una voz que no merecen, porque sus votos valen más.

Durante años, los arribistas del PSOE no podían perder, capitalizando la aversión mayoritaria a cualquier partido o persona que recordase a la dictadura de Franco. El sistema de votaciones en España favorece el bipartidismo, por lo que la división entre los votantes de los dos grandes partidos, el de los arribistas, y el de los de toda la vida, fue aumentando a medida que los escandalos de corrupción de unos y de otros fueron copando las portadas.
Hay que tener en cuenta que el peor de todos los corruptos del reino vivía en Zarzuela, dedicado a sus cortesanas, cacerías, y negocios turbios, y que era (a pesar de estar a la derecha de los de toda la vida), más afín a los arribistas. Mientras, la prensa y la política miraban a otro lado, y todos se enriquecieron con el Statu Quo.

Hasta que un día, Jordi Pujol Soley decidió tirar de la manta porque lo iban a juzgar por corrupción, a él y a la Sagrada Familia Pujol.

Y el Borbón cayó.

Y el Prusés empezó.

Y ahora estamos aquí, con las calles ardiendo porque los arribistas han pactado con los ultraderechistas catalanes negarles lo más sagrado para los de toda la vida: perpetuarse en el poder. Y los arribistas, venderán a su madre para seguir gobernando ellos.

Que conste que la unidad de España me la rasca, pero sólo hasta que me toca al bolsillo. No hay que hacer demasiados números para saber que balcanizar un país en estados más pequeños, lejos de ser beneficioso para los sub-estaditos, es tremendamente perjudicial (ver el caso de Chequia y Eslovaquia, o las consecuencias en los balcanes tras la desintegración a base de bombas democráticas de la OTAN, de Yugoslavia, o el reguero de sangre en Croacia y Bosnia). Solo EEUU e India han superado a su metropoli, la decadente y pérfida albión, sumida en su aislamiento voluntario del BREXIT, del que ha escapado más bien mal, según todos los indicadores económicos.

El problema principal es la instauración de la inseguridad jurídica por defecto, que es el subproducto del pacto PSOE/Junts/ERC para que Pedro Sánchez pueda gobernar su última legislatura antes de que le inviten a ser secretario de alguna organización Europea.
No quiero pensar que este es otra treta amparada desde instancias superiores para que sea un partido de presunta izquierda y no un partido de la derecha de toda la vida la que implemente las medidas de austeridad y los recortes sociales que van a pagar la fiesta de Joe Biden en Ucrania ad maiorem gloriam del complejo industrial militar norteamericano, y la catástrofe económica de la Unión Europea tras ser obligada a renunciar a los recursos energéticos y materias primas de Rusia.
Pero hay algo peor, la amnistía es un precio que pagaremos todos, un precio por el cual hay dos clases sociales, la de los señores que pueden hacer los que les de la gana sin temor a pagar las consecuencias, y los pringados que tienen que apechugar con las consecuencias de sus actos con todo el peso de la ley. Como Hobbes señaló, renunciar a tus libertades indivuales y aceptar vivir en sociedad, es aceptar el peso de la ley sobre tus actos, es parte del contrato social, y como Maquiavelo indicó en "El Príncipe", es labor del político dar ejemplo. Y si no hay seguridad jurídica, y hay impunidad, los inversores internacionales no pondrán un duro en este país. Solo para empezar la fiesta.

La peor parte de todo este espectáculo lamentable es división y la confrontación entre "los hunos y los hotros", que ya fue sobradamente comentada por Unamuno. No debemos olvidar la historia, porque si no se repite, rima, y que nuestros políticos son expertos en dividirnos y en que derramemos nuestra sangre en su nombre por su derecho a hacer lo que les venga en gana con impunidad y sin temor a pagar las consecuencias.

Ver a los Kayetanos Borrokas putodefender España entre gases lacrimógenos y cargas policiales, con banderas con pollos, banderas blancas con cruces de San Andrés, y eslóganes tan casposos como evocadores del régimen franquista, solo puede hacer muy feliz a gente como Puigdemont, que lleva una mala racha de sentencias judiciales, y veía amenazada su vidorra de prasident layitim axiliat tras caer en el olvido. Este sistema político occidental está diseñado para dividirnos, enfrentarnos a hombres y a mujeres, a policias y civiles, a catalanes y madrileños, presuntos rojos y presuntos fachas, para atomizarnos y aislarnos y que así no cuestionemos a estos cuatro gatos que pretenden vivir por encima del bien y del mal a nuestra costa.

Noticia antigua, datos de votos archivados

suscripciones por RSS
ayuda
+mediatize
estadísticas
mediatize
mediatize