Las cárceles donde los parásitos matan lentamente a sus víctimas
Peter Scully era un estafador australiano que huyó a Filipinas para no ser detenido. Allí descubrió que podía ganar decenas de miles de dólares al mes gracias a los niños de la calle. Los secuestraba y, con la ayuda de una de sus primeras víctimas (una prostituta a la que secuestró a los 14 años y que acabó convirtiéndose en su ayudante) violaba y maltrataba sádicamente a niños de entre 1 año y medio y 15 años, grabándolo todo en vídeo. Una de sus víctimas acabó muriendo y la enterró en el jardín de su casa. Luego vendía los vídeos en la Dark Web (parte de internet integrada por las páginas…