¿Y si Pedro Sánchez convocase un referéndum sobre su continuidad?
Aunque la mayoría de analistas afirman que Pedro Sánchez dimitirá el lunes, yo lo dudo profundamente por tres motivos. El primero es que le encanta su trabajo (y sobre todo esas facetas de su trabajo que implican sacar barriga aquí y allá). El segundo es que una denuncia ridícula contra su mujer no tiene entidad para provocar un cambio radical en sus planes. Y el tercero es que jamás aceptaría ser recordado como el cobarde que se rindió ante los ultras. Pero, evidentemente, el lunes no puede comparecer diciendo sin más "me lo he pensado mejor y no me voy, me quedo" como una Cifuentes cualquiera, pues eso le haría quedar como un burdo manipulador de la opinión pública que amenaza alegremente con largarse para arañar unos votos.
Por eso tengo la certeza de que va a recurrir a su mejor papel, el que le permitió derrotar a Felipe González y demás dinosaurios indistinguibles del PP: presentarse como un siervo del pueblo sin más ambición que cumplir la voluntad ciudadana, dispuesto a todo si es la gente quien se lo manda. Y para eso necesita un baño de masas que le avale, a fin de poder decir "me quedo porque el pueblo lo quiere, pero si hubiese decidido echarme me habría ido con idéntica naturalidad". Ese baño de masas puede ser la convocatoria de grandes manifestaciones de apoyo durante el fin de semana, puede ser una cuestión de confianza en el Congreso...o puede ser un referéndum consultivo de los que prevé el artículo 92 de la Constitución, con la pregunta "¿debe seguir en su cargo el presidente del gobierno?".
Este tipo de referéndum es propuesto por el Presidente del Gobierno, pero requieren el aval de la mayoría absoluta del Congreso para su convocatoria (lo cual no es problema, pues al PP le encantaría apoyarlo), y no pueden celebrarse en los 90 días anteriores o posteriores a un proceso electoral (debería demorarse hasta septiembre dado que las europeas son en junio). Pero ese detalle temporal podría beneficiarle de cara a las elecciones catalanas y europeas, revitalizando al PSOE bajo la égida de un líder valiente y desinteresado que pone en manos del pueblo su futuro político.
Y si perdiese el referéndum, eso no implicaría la convocatoria de nuevas elecciones, pues podría decir que la consulta se centra en su persona y otro candidato socialista con el aval del Congreso podría ocupar la presidencia en su lugar sin necesidad de convocar elecciones generales. En un contexto como el actual donde el PSOE está cada vez más hundido en las encuestas, todo serían ventajas, y es muy posible que Pedro Sánchez decida aprovechar esta oportunidad para recuperar el apoyo popular perdido y revertir la debacle que actualmente sufre el PSOE (la cual se acrecentará cuando se aplique la Ley de amnistía), y que sólo puede llevar a su hundimiento en pocos años. Posiblemente éste sea el objetivo oculto que le mueve, y la denuncia a su mujer constituya una mera excusa para volver a jugarse el todo por el todo.
La idea del referéndum puede parecer forzada y poco verosímil, pero siendo Pedro Sánchez nuestro protagonista, a mí me parece factible. Y repito: estoy seguro de que el lunes no se va.
