La idea es interesante, pero tampoco es una novedad. Desde hace mucho que se dice que el motor de la ciencia es el querer ligar.

Muchos de los movimientos a los que estamos asistiendo actualmente, sea la corrección política de las universidades (Jonathan Haidt la llama la Religión de la Justicia Social), la ideología de género o el altruismo efectivo tienen características de las religiones con sus dogmas, tabúes y demás.

Tampoco nada nuevo. La vehemencia con la que defienden a la ideología de género tiene todas las características del fervor religioso.