“¿Puede venir un amigo a dormir?”: el dilema familiar sobre si dejar que los adolescentes tengan sexo en casa
“Mamá, papá, ¿puede venir un amigo a dormir a casa?”. Es una de las preguntas más temidas por los padres de hijos adolescentes que empiezan a explorar su sexualidad, pero también abre la posibilidad de cederles un espacio seguro donde mantener sus primeros encuentros. Los expertos en sexología vienen a señalar que lo más importante, más allá de dejar o no la casa, es cómo se aborda la educación sexual en la familia antes de llegar a la adolescencia y que cada una gestionará la cuestión de forma diferente. “Que los adolescentes tengan la posibilidad de encontrarse íntima y tranquilamente es algo que abre muchas posibilidades”, indica Camarero. “Cuando compartimos intimidad, compartimos nuestra fragilidad, nuestros cuerpos y hay pequeños detalles que requieren tiempo y estar muy presente en el otro”, explica. Por eso, cuando no se dispone de ese espacio íntimo y tranquilo se producen “encuentros muy concretos, más rápidos y que tienen que ver con la sexualidad más masculina, que tiene una eyaculación y termina, donde ni los hombres ni las mujeres están descubriendo las posibilidades de un encuentro”, señala la experta.