Mein Kampf, o el libro rojo, o el manifiesto comunista

Queridos todos, estimados

Quiero dejar claro que escribo esto pensando en un poeta amigo mío, que sé que se estará revolviendo en su lecho al leer el título de este artículo. Puedo imaginarlo escudado tras su vetusto MacBook Pro de 15", pensando: ¿por dónde va a salir hoy Macarty si no suele citar mucho más que mis versos?

Amigo mío, déjame que mire en el alma de la gente que nos rodea. Sé que no he obrado en consecuencia al dejar el Kool Aid para los demás y nada para mí, y me ahoga la amargura de ver cuerpos a mi alrededor, caídos por una causa que ni yo estoy seguro de seguir hasta el final.

Como sabrá el lector, he hecho de mi causa la denuncia del sistema neoesclavista que por gracia y verbo tenemos que sufrir en Hispañistán y alrededores, donde atrocidades como becarios trabajando 14 horas al día por tener el privilegio de "ser formados" (menuda mentira abyecta y tipificada como fraude de ley) es tema de conversación banal. Este hecho no deja de ser más que otra paradoja de un país cuya gente está entregada a la hidalguía. Un sacrificio mal entendido, si se me permite, por el cual se rebaja uno ante el señorito con la vana esperanza de que te dejen entrar en el selecto club de explotadores.

Podría despotricar al respecto, pero francamente ya ni me hace ilusión. Estaba pensando en que sí, me da asco, es necesario que repugne una sociedad cimentada en la envidia y la maledicencia, donde el mediocre medra y el brillante, tal y como describió Faulkner, es conjurado de las vidas de los demás como el satán que viene a llevarse sus almas (y su seguridad en un Statu Quo de necios). Seamos serios por una vez, ¿hasta cuando vamos a hacer de este país un infierno? Decía Sartre que el infierno son los otros. Una puta mentira. Lo llevamos dentro y lo exteriorizamos, y hacemos este mundo a nuestra imagen y semejanza.

Porque llevamos dentro el angel y el demonio, porque desplumamos al angel y nos hicimos una barbacoa y nos lo comimos para mayor gloria del qué dirán. ¿Hemos sido siempre así? Repasemos la historia y veremos que... Joder, todos los grandes innovadores han sido siempre desterrados del sistema de la siguiente forma

1) Españolito A, un tipo brillante tiene idea genial
2) Españolito A desarrolla el producto en contra de todo el mundo que prefiere usar "cosas bien probadas y contrastadas"
3) Españolito B, un tio muy listo, financia y compra esa patente. Empieza a ver qué posibilidades tiene
4) Españolito B piensa, piensa, piensa... Y le vende la patente y el negocio a
[ ] Los americanos
[ ] Los alemanes
[ ] Los chinos
[ ] Un fondo buitre de Warren Buffett

Y se compra una casa en el pueblo e inmoviliza la pasta que pa eso están los dineros. Y el que venga atrás que arree. Españolito A ha tenido suerte, aun ha pillado cacho. Normalmente hubiera tenido que pedirle la pasta a Warren Buffett y haberse largado a los yuesei a desarrollar su idea.

Pues queridos todos, este pais lejos de ser industrioso ha sido servil, y de señores y lacayos va esta historia.

Sí, lacayos, habéis leído bien. Las generaciones más brillantes de este país condenadas a servir. Si no habéis echado ya la bilis, dejadme incidir en este detalle: vuestra desgracia está meticulosamente planeada desde que entrais en el parvulario, para que acepteis que sois siervos. Obreros. El que destaca queda apartado, el borrego perfecto queda promocionado. No tendréis en vuestra formación un enfoque que refuerce vuestra creatividad y el espíritu crítico, no os orientarán a la oratoria y al debate para afianzar la asertividad. Estais aborregados desde el minuto cero.

Así que, malditos lacayos, quisiera pediros, mañana cuando entreis al servicio del señorito, que amablemente os ordenará cualquier menudencia con urgencia "para ayer", que recordeis al bueno de Macarty mientras echa espumarrajos cuando puede oler la miseria moral de la situación perpetuada desde hace generaciones y justificada con "bah, eso ha sido así de toda la vida". Esa situación que posibilita que los hijos incompetentes de tus jefes tengan acceso a una educación que tú no tendrás y que tus hijos no sabrán que existe porque serán más pobres que tú. ¿Y ellos? Putas, y coca, y cubatas, y a vivir la vida, que son dos días. Pero no es una guerra de recursos, esta gente está en un sitio que no les toca. Incultos y palurdos, analfabetos funcionales, ratas con ambición desmedida, robando, quemandolo todo. La cultura y el conocimiento, lo que das a la comunidad, interiorizar unos valores que hagan que tu vida no sea más que hedonismo, sino en focalizar en algo más grande que tú. Mientras un médico, un ingeniero, un filólogo o un poeta sean nada al lado de los consejeros delegados "hijos de" estamos jodidos. Nadie debe ser como ellos; su elitismo cínico y cortoplacista es obsceno.

No sé qué deciros, estaba pensando y ha salido esto. Así que ahí está el Kool Aid. Dejadme algo.

Referencia:
en.wikipedia.org/wiki/Drinking_the_Kool-Aid