No hay ninguna razón honesta para no fiscalizar todo. No basta con la fe o la confianza, se trata de dinero público. Estas cosas no pasarían si existiese un website en el que se publicase en tiempo real o una vez al día, abiertamente, cada factura que recibe y paga una administración pública. Todas ellas, con fácil acceso y rapidez de respuesta, no como la basura de la plataforma de contratación del sector público.