Es una lectura muy clara sobre aquello a lo que asistimos estos días, a la mentira como herramienta oficial para conseguir resultados, al ataque violento y ridiculización de aquellos que se dan cuenta de los engaños y protestan, y es tan evidente que se le dedican grandes recursos a amansar y oscurecer el sentido crítico de la población, que uno no se extraña de que haya tantos imbéciles coreando mentiras y que se traguen absolutamente todo aquello que se les pone en la cuchara. Ahora buscad en redes sociales, en agregadores de noticias y espacios afines y os encontraréis a este tipo de imbéciles a sueldo o a los imbéciles por convicción.