Miedo a RT
Hoy no he podido hacer mi ronda matutina por la prensa de Putin. Como ciudadano de la UE, estoy siendo protegido de la malvada propaganda rusa y de mi obstinación por leerla.
Mejor que decidan por mí. Que decida por mí, no ya el Alto Clero de Bruselas y sus eurobispos; que decida por mí el alcalde de mi pueblo, que no acabó la secundaria. No, no es más legítimo cuando lo hace Monseñora Ursulita, Josefino Barrilas o el Calvo de las empanadas. Al contrario, es más legítimo cuando lo hace la autoridad más cercana al que pone el culo. Porque al alcalde de mi pueblo siempre le podemos correr a hostias.
El otro día despidieron al director de la Filarmónica de Viena por no condenar públicamente a Putin. Como muchos otros, yo fui feminista hasta que el feminismo empezó a volverse loco.