Una investigación sobre ZAKA, una unidad de rescate con sede en Jerusalén operada por voluntarios judíos extremistas ultraortodoxos, que participó en las operaciones de limpieza tras los sucesos del 7 de octubre de 2023, reveló que el grupo utilizó a "personas muertas como atrezzo", además de difundir desinformación, según reveló un informe de Haaretz. "No tengo ninguna explicación de por qué no desplegaron la unidad del Mando del Frente Interior y a nuestra gente del norte", dijo un oficial "israelí" de la unidad de búsqueda del norte.