La polémica obra que se inauguró hace cinco días en la sede de la Comunidad de Madrid y a muchos les parece «un fantasma cagando» o «una mierda pinchada en un palo».
Resultó que tenía un zurullo de 2017 al que había puesto mascarilla y esa casualidad fue suficiente para lanzarse a la piscina mediática del COVID.
«Incapaz de mantener el equilibrio de mis sueños sobre una realidad amenazante y de lanzarme al tiempo sobre las tradiciones de este oficio, decidí mutar tan primitivas herramientas y dejarme llevar». Víctor Ochoa.
Llenarse la boca con vaguedades carentes de significado es clave en el hamparte, junto con quienes las aplauden, como en la fábula de El Traje del Emperador.
Por cierto, más de uno se preguntaba como logró fundir la escultura si las fundiciones estaban cerradas por la pandemia.
#2 Por esta le dio el PP 740,000€ así que seguramente de ahí ha salido el zurullo de Madrid. Por supuesto que el precio es inventado, deberían investigarlo por corrupción.
Si en este caso no es un zurullo, es porque ha copiado.
El mundo del arte atrae a quienes no tienen mérito y solo pueden aparentarlo, como moscas a la mierda.
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