#16 y todo el mundo quiere aprender algo, la cuestión es que aprender en una disciplina con la que tenemos un enlace emocional o pasional, nos lleva a a estar preparados para poder afrontar aquellas que se nos atraviesan. El error es pretender ser perfecto en todo, eso frustra y lleva a odiar el estudio.
El problema es que en vez de evolucionar el paradigma educativo a estos modelos más flexibles multidisciplinares estamos manteniendo uno cada vez más anquilosado que dificilmente se adapta nuestros tiempos y a los jóvenes a costa de hundir el nivel de exigencia. Además tenemos aún una cultura tóxica del éxito normatizado, lo que un día alguien llamó "titulitis universitaria" que consiste en forzar socialmente a todo el mundo a tomar un itinerario que quizás no sea el que más se adecúe a sus habilidades.
#18 No, no todo el mundo quiere aprender. El mundo, en general quiere saber sin esforzarse.
Por cierto corrige tu comentario. No hablo solo del "aprennder", sino también del uso de la palabra afrentar. Creo que confundes afrentar con enfrentarse a.
Lo único que frustra es cuando uno tiene expectativas poco realistas, alimentadas a menudo por un entorno familiar que pone a sus retoños desde que son pequeños en inmerecidos pedestales, en lugar de enseñarles a gestionar la frustración.
#20 Todo aprendizaje es en algún momento frustrante, todo. Cualquier disciplina que ames y estudies, va a tener aspectos complejos que se te van a atragantar. Los padres de hoy en día están obsesionados con que sus hijos no sufran nada, pero nada en absoluto.
En lugar de estar al lado de sus hijos cuando fracasan, cuando se decepcionan o cuando sienten algún tipo de pérdida, para enseñarles a gestionar ese dolor, aprender de los errores y crecer emocionalmente. Se lo evitan, mienten, se endeudan, enseñan a sus hijos a ser pusilánimes, a echarle la culpa a los demás, a actuar de manera rebañega (porque no van a ser menos que los otros, como si tener menos objetos materiales fuera ser menos), les compran cosas que no se pueden permitir, y cuestionan a cualquiera que no vea a sus hijos como seres perfectos. A veces da vergüenza ajena ver como padres defienden los comportamientos horrendos de sus hijos.
Estos chavales cuando llegan a la vida real, entran en shock, no saben relacionarse en un mundo que no sobreprotege a nadie y donde no son el centro del universo. El colegio es el primer bache, pero imagínate lo que les espera a estos "tres páginas" en la vida real. No quisiera estar yo en su pellejo.
Roger Schank
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El problema es que en vez de evolucionar el paradigma educativo a estos modelos más flexibles multidisciplinares estamos manteniendo uno cada vez más anquilosado que dificilmente se adapta nuestros tiempos y a los jóvenes a costa de hundir el nivel de exigencia. Además tenemos aún una cultura tóxica del éxito normatizado, lo que un día alguien llamó "titulitis universitaria" que consiste en forzar socialmente a todo el mundo a tomar un itinerario que quizás no sea el que más se adecúe a sus habilidades.
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Por cierto corrige tu comentario. No hablo solo del "aprennder", sino también del uso de la palabra afrentar. Creo que confundes afrentar con enfrentarse a.
Lo único que frustra es cuando uno tiene expectativas poco realistas, alimentadas a menudo por un entorno familiar que pone a sus retoños desde que son pequeños en inmerecidos pedestales, en lugar de enseñarles a gestionar la frustración.
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quieres que personas frustradas y educadas para currar y consumir enseñen a sus hijos a gestionar la frustración....
suerte con ello
En lugar de estar al lado de sus hijos cuando fracasan, cuando se decepcionan o cuando sienten algún tipo de pérdida, para enseñarles a gestionar ese dolor, aprender de los errores y crecer emocionalmente. Se lo evitan, mienten, se endeudan, enseñan a sus hijos a ser pusilánimes, a echarle la culpa a los demás, a actuar de manera rebañega (porque no van a ser menos que los otros, como si tener menos objetos materiales fuera ser menos), les compran cosas que no se pueden permitir, y cuestionan a cualquiera que no vea a sus hijos como seres perfectos. A veces da vergüenza ajena ver como padres defienden los comportamientos horrendos de sus hijos.
Estos chavales cuando llegan a la vida real, entran en shock, no saben relacionarse en un mundo que no sobreprotege a nadie y donde no son el centro del universo. El colegio es el primer bache, pero imagínate lo que les espera a estos "tres páginas" en la vida real. No quisiera estar yo en su pellejo.