Francamente, a mi me genera sentimientos contradictorios. Por un lado, me parece que no se merece la persecución a nivel nacional, del congreso etc. Por otro lado, un chaval de 20 años tiene que asumir la responsabilidad de hacer el cafre en un mundo donde, desgraciadamente, todo lo que hagas corre el riesgo de acabar en las redes con tu cara bien definida. Con esto quiero decir, que se entiende que el colegio mayor no puede permitir que se asocie su marca a gente que suelta esas barbaridades a grito pelado. Expulsarlo? Quizas es excesivo, pero no del todo ilógico.