En Algunos hombres buenos, Quico Alsedo cuenta la historia de ocho padres arrinconados por el sistema, víctimas de falsas acusaciones. Si bien el perfil del maltratador se puede recitar casi de memoria, sabemos menos del perfil de la falsa denunciante: «son mujeres extremadamente controladoras y posesivas respecto a sus hijos, a los que tratan como propiedad: ese celo extremo suele provenir de inseguridades y vacíos propios, que se proyectan en la relación con los hijos hasta el punto de no calcular el daño que les provocan». Además, se valen de un clima social irónicamente favorable a este perfil, que ha visto reforzadas, justificadas y hasta subvencionadas dichas inseguridades: «la mujer ha exigido legítimamente igualdad fuera del hogar, y casi todos hemos estado de acuerdo; pero cuando el hombre ha reclamado ese espacio dentro del hogar, la sociedad le ha dicho: no es el momento, estamos liberando a la mujer, apártese».
---- No es plato de buen gusto que un inocente pase gran parte de su vida dando explicaciones a quienes, además, no están dispuestos a atenderlas. ¿Y quién debería responder por este agravio? «El sistema, desde luego. Nos damos los poderes para no vivir en la selva. Y en concreto, entiendo que la política moderada. Lo que pasa con todos estos hombres demuestra que la moderación responsable no ha existido todos estos años: mi libro reivindica que hay mayorías sociales que piden sensatez y hoy no tienen a quién votar», lamenta Alsedo.
mayorías sociales que piden sensatez y hoy no tienen a quién votar. Toma nota @omoloc
los casi 20 años en vigor, los efectos de las políticas específicas de protección contra la violencia de género siguen siendo inquietantemente discutibles. El número de mujeres asesinadas se mantiene casi inalterable; el año pasado sólo 20 de 49 (el 41%) habían interpuesto denuncia previa, cifra aún más baja en 2021 (9 de 43, es decir, el 20%). Las medidas de protección contempladas se manifiestan ineficaces para proteger la vida de las mujeres, aunque suelan ser muy efectivas para lograr, por ejemplo, cierta ventaja en procesos de separación —y no digamos ya en los casos en los que se dirimen custodias de hijos en común—. Lo que sí mantiene una línea ascendente desde 2004 son los suicidios en varones,
*
----
No es plato de buen gusto que un inocente pase gran parte de su vida dando explicaciones a quienes, además, no están dispuestos a atenderlas. ¿Y quién debería responder por este agravio? «El sistema, desde luego. Nos damos los poderes para no vivir en la selva. Y en concreto, entiendo que la política moderada. Lo que pasa con todos estos hombres demuestra que la moderación responsable no ha existido todos estos años: mi libro reivindica que hay mayorías sociales que piden sensatez y hoy no tienen a quién votar», lamenta Alsedo.
mayorías sociales que piden sensatez y hoy no tienen a quién votar. Toma nota @omoloc
los casi 20 años en vigor, los efectos de las políticas específicas de protección contra la violencia de género siguen siendo inquietantemente discutibles. El número de mujeres asesinadas se mantiene casi inalterable; el año pasado sólo 20 de 49 (el 41%) habían interpuesto denuncia previa, cifra aún más baja en 2021 (9 de 43, es decir, el 20%). Las medidas de protección contempladas se manifiestan ineficaces para proteger la vida de las mujeres, aunque suelan ser muy efectivas para lograr, por ejemplo, cierta ventaja en procesos de separación —y no digamos ya en los casos en los que se dirimen custodias de hijos en común—. Lo que sí mantiene una línea ascendente desde 2004 son los suicidios en varones,