Ricardo Bravo: «He vivido ocho años en un edificio controlado por una mafia okupa criminal»
Tu testimonio personal parece ficción pero es una realidad...
— Me compré una casa en 2010, los efectos de la crisis llevó a muchas promotoras a la bancarrota y en 2012 mi edificio se quedó vacío; por lo que el banco asumió la propiedad. Los pisos estaban vacíos y empezaron a llegar los primeros 'okupas'; en cuestión de un año, se llenó el edificio de una mafia criminal. No daba crédito a lo que estaba pasando, yo solo en mitad de un edificio 'okupado' utilizado para llevar a cabo prácticas ilegales e ilícitas, amparándose en la inviolabilidad del domicilio.
¿Cómo era la convivencia?
— Allí hubo de todo. Narcopisos y hasta un prostíbulo. Peleas. A uno le arrancaron media oreja dentro del portal, puños americanos y disparos. ¡Disparos! ¡Regularmente! ¡Dentro de mi propio edificio! Yo no sabía donde acudir. Fui a las asociaciones de vecinos, el Senado, el Congreso, el Defensor del Pueblo y nadie me ha podido ayudar.
¿Hecha la ley, hecha la trampa?
— Con la crisis, surgió la conciencia social de evitar los desahucios, hipotecarios en este caso, pero la condición de familia vulnerable no impide que puedas estar llevando a cabo actividades ilícitas y claro, el desahucio se paraliza totalmente. Hay que trabajar las leyes que hay, no podemos seguir funcionando con las mismas porque están amparando a quien se está aprovechando del sistema y desampara a quien cumple con sus responsabilidades.