Hay misiones espaciales tremendamente famosas e icónicas que son reconocidas fácilmente por el gran público, como los telescopios espaciales Hubble y James Webb. Luego hay otras misiones que no suelen captar tanta atención y que, sin embargo, han revolucionado nuestro conocimiento del Universo, como pueden ser los proyectos Planck o WMAP. Otra de esas misiones de bajo perfil mediático es Gaia, el observatorio astrométrico europeo que acaba de cumplir diez años en el espacio. Gaia fue lanzado el 19 de diciembre de 2013.
El pasado 30 de diciembre la sonda Juno de la NASA hizo el sobrevuelo más cercano de Ío, la luna de Júpiter, en los últimos 20 años. Las imágenes sin procesar están ya disponibles. Pero con la resaca de fin de año parece que habrá que esperar un poco a las conclusiones posteriores al sobrevuelo.
España lleva ahora 117 años (desde 1905) sin presenciar un eclipse total de Sol, es decir, cuando el astro rey queda totalmente tapado por la Luna y, por ello, se vuelve de noche en pleno día. Se trata de un fenómeno espectacular e inolvidable para quienes, en otras partes de la Tierra, tienen la ocasión de observarlo. Después de tanta espera, España podrá disfrutar en esta misma década de tres grandes eclipses de sol en años consecutivos.
Durante años, la humanidad ha puesto los ojos en el cielo, y ha tratado de plasmar lo que ha observado con el paso del tiempo. Ahora, con el empleo de la tecnología moderna, las personas pueden tener acceso a las hermosas imágenes del cosmos, las cuales han sido capturadas por una gran cantidad de instrumentos,…
Una nueva investigación de la Western University muestra que la corteza lunar primitiva, que constituye la superficie de la Luna, estaba considerablemente enriquecida en agua hace más de 4.000 millones de años.
Las próximas décadas estarán protagonizadas por misiones de retorno de muestras de varios cuerpos del sistema solar. En el último año hemos visto a la sonda Hayabusa 2 regresar con trozos del asteroide Ryugu y a la Chang’e 5 con las muestras más jóvenes de la Luna. Y, por supuesto, ya que apuntamos al cinturón principal, ¿por qué no traer una muestra del mayor asteroide, el planeta enano Ceres? La sonda Dawn descubrió que Ceres es un pequeño mundo fascinante que muy probablemente tuvo un océano interior en el pasado.
La cuenca de Eridania cambia la visión de un Marte donde la composición de las lavas era predominantemente basáltica. De las cosas que más nos llama la atención del resto de planetas interiores es, si los comparamos con la Tierra, la ausencia de una tectónica de placas como la que tenemos aquí. Esto no quiere decir que estos otros cuerpos no hayan tenido procesos en los cuales su corteza -o partes de esta- hayan podido sufrir procesos de reciclaje importantes y que hayan tenido su repercusión en la geología que vemos hoy en día.
Varios estudios científicos han corroborado que la extracción de aguas subterráneas y su transporte han afectado, de forma notable, al eje de rotación de la Tierra. Los cambios se han dado durante los últimos 17 años y podrían llegar a repercutir en el clima.
Los expertos consideran que esta ralentización anómala probablemente se deba a la caída, a la superficie del cuerpo celeste, de los escombros que se levantaron durante el impacto con la sonda de la NASA.
El hallazgo de tres misteriosos objetos de un intenso color color rojo y extremadamente luminosos en los confines del Universo conocido confirma que estamos profundamente equivocados sobre el modo en que creemos que nacen y evolucionan las galaxias y sus agujeros negros supermasivos
La última novedad del JWST tiene que ver con la observación del planeta extrasolar K2-18b. El instrumento europeo NIRSpec y el canadiense NIRISS han detectado dióxido de carbono y metano en la atmósfera de este planeta situado a 124 años luz con un tamaño 2,6 veces el de la Tierra. Hasta aquí todo relativamente normal —al menos todo lo ‘normal’ que es estudiar la composición de una atmósfera exoplanetaria a más de cien años luz del Sistema Solar—, pero es que además han observado indicios de la presencia de dimetilsulfuro, un biomarcador