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"¡Visita Italia: Alístate en el Ejército Griego!" (*) (V): "A los macarroni les hemos dado una paliza"

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Tras la captura del Paso de Klisura (10/01/1941), la campaña de Grecia/Albania se estancó. Los griegos no tenían efectivos, vehículos ni aviación suficientes para explotar sus victorias invadiendo la llanura albanesa.1 Los italianos, además de necesitar tiempo para recuperarse, debían atender al Frente de Libia, donde estaban sufriendo un descalabro.

Efectivamente, tras unos tímidos ataques en Septiembre, el mariscal Graziani no había seguido avanzando sobre Egipto y se había atrincherado en Sidi Barrani. Considerando que ya contaban con una gran superioridad material sobre los ingleses en África,2 los italianos dieron prioridad a la invasión de Grecia.

La pasividad italiana –pese a las frenéticas órdenes del Duce de avanzar hacia Alejandría- y el grave error de no atacar Malta cuando estaba casi desguarnecida (¡otra vez el error mussoliniano de dar prioridad al ataque a Grecia!)3 permitió que los ingleses y sus aliados se reforzasen, y en dos meses (8/12/40 a 8/02/41) arrasaron a los italianos.4 Pero dejemos a los italianos esperando la llegada del Afrika Korps, que les salvará el trasero, y volvamos a Albania.

El frente se movió poco hasta Marzo de 1941, aparte de ataques fallidos de unos y otros por mejorar posiciones.

Entre 10 a 26 /01, los italianos intentaron recapturar Klisura, pero fueron derrotados; la División Alpina “Lupi di Toscana” quedó aniquilada, y los griegos contraatacaron, tomando algunas alturas de los montes Trebeshani.

Aunque la ineptitud italiana era flagrante, los griegos no se hacían ilusiones: el tiempo corría en su contra. Sus reservas se agotaban y, pese al desastre africano, sabían que la superioridad de los italianos (que, además, contaban con la ayuda de los alemanes, que podían proporcionarles mucho más material del que podía recibir Grecia) seguía siendo inmensa.

El Alto Mando italiano planeaba una ofensiva en Febrero con un gran despliegue de medios; pero la derrota en Egipto hizo que se retrasara a Marzo. Aprovechando la demora, los griegos lanzaron un ataque contra Tepelani -otro paso estratégico de las montañas albanesas- a mediados de Febrero; pero, aunque los italianos sufrieron graves pérdidas, contuvieron el ataque.

El Alto Mando Griego era consciente de sus carencias; incluso se llegó a plantear retirarse de Albania, para defender el país ante la ofensiva italiana y la más que posible invasión de Bulgaria y Alemania.5 Finalmente, se decidió la defensa contra el inminente ataque italiano (entre otras cosas, porque no se disponía de los medios necesarios para la retirada ordenada). El Alto Mando reorganizó el comando de las fuerzas griegas, reubicando los mandos más “derrotistas”.

Por su parte, los italianos también querían resolver el problema antes de que Hitler les apartase de un empujón y conquistase Grecia.5

Al fin, la cacareada “Ofensiva de Primavera” empezó el 9/03/1941,6 con asistencia de Mussolini, que acudió a hacer el tifo. El plan consistía en aplastar las defensas griegas con la gran superioridad artillera y aérea italiana, para luego lanzar la punta de ataque (unos 22 regimientos) contra los griegos (que contaban con 18 regimientos en el sector), que según creían los italianos ofrecerían poca resistencia.

Pero no ocurrió así; los griegos se pegaron al terreno, y no cedieron ni un metro. Mussolini reconoció tácitamente la derrota, al regresar a Italia el 21/03, y dos días después se paralizó la ofensiva. Los italianos habían tenido (incluyendo heridos) unas 12.000 bajas en esta ofensiva, por 5000 de los griegos, y el resultado fue, según Mussolini, “exactamente cero”.

El frente greco-albanés quedó estancado, hasta que el polvorín de los Balcanes estalló por otro lado, provocando la intervención de Alemania.8

Grecia, agotadas sus reservas, frente a la pesadilla estratégica de una invasión con tres países en varios frentes, sucumbió con honor, como los antiguos griegos. En reconocimiento a su bravura, Hitler ordenó que los soldados griegos fuesen liberados, y que los oficiales conservasen sus armas.9

Durante la desastrosa invasión de Grecia, los italianos sufrieron más de 100000 bajas -frente a 83000 de loa griegos- y perdieron un montón de material. Pero, sin duda, mucho peor fueron las consecuencias estratégicas:

a) Retraso de la Operación Barbarroja;
b) Desgaste de las tropas alemanas antes del ataque a la URSS;
c) Desastre en África, donde las reservas italianas eran mucho más necesarias;
d) Pérdida de la alianza con Grecia y Yugoslavia… Podríamos seguir.

La opinión del griego común podría resumirse en las palabras de un prisionero de guerra griego a sus captores alemanes: “Perderemos la guerra contra ustedes… Pero a los macarroni les hemos dado una paliza"

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