Los renglones torcidos de Darwin: mitos y verdades de la epigenética
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Lo primero que hace el guerrero shuar es coser los párpados y los labios para que no se separen ni se desgarren. A continuación, realiza un corte profundo en la parte inferior de la nuca y poco a poco, con sumo cuidado, va separando la carne del hueso. Una vez que ha extraído el cráneo y los huesos de la cara, hierve la piel en una mezcla astringente de agua, hierbas, cortezas y lianas. Y es entonces cuando, repitiendo larguísimas letanías, la ahúma con tahuarí y, mientras va encogiéndose, le da forma sobre cantos redondos y calientes.