#1 Agarrándose a la poltrona... esto es lo más asqueroso que hay: si estás en un partido es para hacer cosas según la ideología y lo que se quiera hacer desde ese partido; renunciar al partido y seguir agarrado al escaño es mezquino y rastrero.
¿Donde creía Nart que se estaba metiendo? Los partidos son proyectos comunes con un líder y requieren apoyo ciego al proyecto y al líder: lealtad.
Relativismo moral orewlliano 100%.
Pobre Nart, se creyó sus propias mentiras y ahora Cree que el escaño es suyo, la mentiras de la ley, que por mucho que esté prohibido el mandato imperativo, ya ha dicho nuestro constitucional que el 67.2 es un artículo estúpido de nuestra constitución y que ha de ser ignorado: la gente vota a partidos, no a personas.