La religión
"Cuando la vida humana yacía prostrada en la tierra, oprimida por el peso de la religión que amedrentaba con horrible expresión desde el cielo a los hombres, un griego alzó por vez primera su mirada mortal a las alturas, y se atrevió a resistirla. No lograron hacerlo desistir ni la fama de los dioses, ni el rayo, ni el amenazador estruendo de los cielos, sino que creció el valor de su ánimo y su deseo de romper las sólidas cerraduras de las puertas que protegen los secretos de la naturaleza. Al fin triunfó el vivaz espíritu de su ingenio y con la fuerza de su pensamiento fue mucho más allá de las murallas flamígeras del mundo, atravesando con su mente el Universo inmenso en un largo viaje. Y, como vencedor, de allí regresa sabiendo: si esto puede o no puede nacer, qué leyes rigen la potestad de cada cosa, y cuáles son sus exactos límites. Por ello, la religión, ahora sometida, a nuestros pies yace despreciable; y a nosotros la victoria nos alza hasta los cielos". Lucrecio, De la naturaleza de las cosas (siglo I a. C.)