La inmoralidad al servicio de la moral chupipandera

Nada nuevo bajo el sol. Nada sobre lo que no se haya hablado y escrito en otras épocas más prósperas para con la literatura. Ya lo decía Nicolás maquiavelo en el príncipe: El fin Justifica los medios.
Que decir de la moral chupipandera por ontonomasia. Aquella del puño de hierro mandíbula de cristal. El princípio de toda moral flanderista. El noble arte de hacer pasar por malo aquello que no lo es tal para poder marcarnos una barra de autoestima más en nuestro intachable ego. Y es que ,señores, en la ética posmoderna todo vale. Utilizar nuestra moral individual como arma contra todo el que ose llevarnos la contraria tachándonos de fascistas o neonazis (o quizás cosas peores). No es esto si acaso (instrumentalizar la ética y la moral para contraargumentar) ir en contra de toda ética conocida.
De sobra son conocidas las tretas de los adalides de la moral por estos lares y ante los ojos del experto observador no deja de llamarnos la atención la astucia carente de ética que se esconde detrás de los que se proclaman buenos y justos. Dónde no se puede discernir de la corriente homogénea so pena de ser defenestrado por algún admin afín. Dónde cualquier tipo de argumentación basada en datos empíricos en contra de las ideas mainstream de la chupi es tratada como grandes falacias del sistema que conspira contra todo y todos los que sigan la línea de pensamiento de la chupipandi justiciera.
Otros tiempos recuerdan, aquellos en los que de toga roja Torquemada obligaba por la fuerza a seguir los postulados de la iglesia y ¡ay de aquel que osara contradecirlos...! Buena hogera te esperaba.
Parece ser que la pretendida ideología comunista que intenta promover la chupi es lo más parecido a la iglesia del siglo XIV . Se han quedado con el peor de sus totalitarismos y nada bueno parece emanar de algunos postulados universales de uso y tradición que si nos sirvieron y nos sirven hoy en dia como guia moral y ética: La familia, la que los postulados meramente marxistas y comunistas se han empeñado en cargarse. Nada bueno han recogido esta gente de ambas formas de ver la vida, por el contrario, han hecho criba y se han quedado con lo peor de ambas. Es como si el resentimiento fuera la matriz directora de todas las actuaciones, pensamientos y locuras de esta gente.
Por si fuera poco y como no podía ser de otra manera, ellos viven ajenos a semejantes incoherencias. Felices en sus púlpitos, orgullosos de su gran labor social. Incapaces de proceder a una autocrítica sana lo cual sería una solución muy válida a una gran variedad de problemas que obstente el reverso naranja. El reverso tenebroso de la fuerza.