helisan
"La calle de la Ruda se ha convertido en una mansión de furias, a juzgar por los descompasados gritos y obscenas palabras con que algunas verduleras allí situadas corrompen el aire, por medio del cual llegan sus inmorales dichos a oídos de jóvenes honestas y de la pacífica vecindad. Las referidas vendedoras impiden además el tránsito e insultan a cuantas personas de ambos sexos tienen la desgracia de pasar, y de vez en cuando disputan unas con otras, resultando de semejantes contiendas una salva de puñetazos, tirones de orejas, repelones y zapatazos. Esperemos que la autoridad haga cuanto esté de su parte para evitar un mal de que se nos han quejado varios padres de familia. Bien es verdad que es propio de la época en que vivimos. Ahora por desgracia se piensa en comprimir el pueblo, no en educarle". Crónica de la capital el 23 de julio de 1853
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