Yo la pregunta que haría sería "¿es necesario aguantar un martillo de 30 kilos?".
A mí todas estas pruebas de rendimiento físico me parecen una estupidez. No veo por qué hay que encumbrar a alguien porque corre mucho, salta mucho o carga con mucho peso. Ya no estamos en el neolítico donde esas sí eran habilidades que podían marcar la diferencia entre que tu familia y tú sobreviviérais o no.
Y ojo, que yo hago senderismo y he llegado a estar más de tres horas y media andando (veintitantos mil pasos). Que no será una gran proeza, pero tampoco todo el mundo puede.
#3 Yo sólo corro delante de la policía.
Tres horas y media andando, son unos 14 km. Un esfuerzo muy menor comparado con una maratón, desde luego, pero como digo, no todo el mundo está en forma como para hacerlos. El deporte que hago, lo hago por salud, y a veces por superación personal, como debe ser. La profesionalización del deporte me parece una aberración donde, salvo contadas excepciones, las primeras víctimas son los propios deportistas, que con 35 años se encuentran sin oficio, ni beneficio, y montando una tienda de cachivaches para su deporte porque no conocen otra cosa.
A mí todas estas pruebas de rendimiento físico me parecen una estupidez. No veo por qué hay que encumbrar a alguien porque corre mucho, salta mucho o carga con mucho peso. Ya no estamos en el neolítico donde esas sí eran habilidades que podían marcar la diferencia entre que tu familia y tú sobreviviérais o no.
Y ojo, que yo hago senderismo y he llegado a estar más de tres horas y media andando (veintitantos mil pasos). Que no será una gran proeza, pero tampoco todo el mundo puede.
Tres horas y media andando, son unos 14 km. Un esfuerzo muy menor comparado con una maratón, desde luego, pero como digo, no todo el mundo está en forma como para hacerlos. El deporte que hago, lo hago por salud, y a veces por superación personal, como debe ser. La profesionalización del deporte me parece una aberración donde, salvo contadas excepciones, las primeras víctimas son los propios deportistas, que con 35 años se encuentran sin oficio, ni beneficio, y montando una tienda de cachivaches para su deporte porque no conocen otra cosa.