Planifica con antelación, incluso la noche anterior, para tener una deliciosa comida a tiempo. Es una forma de hacerle saber que has pensado en él y que te preocupas por sus necesidades. La mayoría de los hombres tienen hambre cuando llegan a casa y la perspectiva de una buena comida forma parte de la cálida bienvenida que necesitan.
Prepárate
Tómate 15 minutos para descansar y así estarás fresca cuando él llegue. Retoca tu maquillaje, ponte una cinta en el pelo y ten un aspecto fresco. Él acaba de estar con un montón de gente cansada del trabajo. Sé un poco más alegre e interesante. Su aburrido día puede necesitar un empujón.
Despeja el desorden
Haz un último recorrido por la parte principal de la casa justo antes de que llegue tu marido, recogiendo los libros de texto, los juguetes, los papeles, etc. A continuación, pasa un trapo para quitar el polvo de las mesas. Tu marido sentirá que ha llegado a un remanso de descanso y orden, y a ti también te animará.
Prepara a los niños
Dedica unos minutos a lavar las manos y la cara de los niños (si son pequeños), a peinarlos y, si es necesario, a cambiarles de ropa. Son pequeños tesoros y a él le gustaría verlos haciendo ese papel.
Reduce al mínimo el ruido
En el momento de su llegada, elimina todo el ruido de la lavadora, la secadora, el lavavajillas o la aspiradora. Intenta exhortar a los niños a que estén callados. Sé feliz de verlo. Salúdale con una cálida sonrisa y alégrate de verle.
Algunas cosas que no hay que hacer
No le recibas con problemas o quejas. No te quejes si llega tarde a cenar. Considera esto como algo menor comparado con lo que puede haber pasado ese día.
Ponlo cómodo
Pídele que se recueste en una silla cómoda o sugiérele que se acueste en la habitación. Prepárale una bebida fría o caliente. Acomoda su almohada y ofrécete a quitarle los zapatos. Habla en voz baja, suave, tranquilizadora y agradable. Permite que se relaje, que descanse.
Escúchale
Es posible que tengas algún problema que contarle, pero el momento de su llegada no es el adecuado. Déjale hablar primero.
Haz que la noche sea suya
No te quejes nunca si no te lleva a cenar o a otras actividades de ocio. En su lugar, intenta comprender su mundo de tensión y presión, su necesidad de llegar a casa y relajarse.
El objetivo
Intenta que tu casa sea un lugar de paz y orden donde tu marido pueda renovarse en cuerpo y espíritu.
*alguna palabra no se entendía en los últimos párrafos.
#5 Cuando hacia el final la esposa le quita de sopetón el diario de las manos al marido yo ya me temía un par de buenas bofetadas... Por suerte, ante un una copa de Soberano, no hay malhumores que valgan. Propongo desde ya la candidatura al Premio Nobel de la Paz para la marca Soberano.
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Planifica con antelación, incluso la noche anterior, para tener una deliciosa comida a tiempo. Es una forma de hacerle saber que has pensado en él y que te preocupas por sus necesidades. La mayoría de los hombres tienen hambre cuando llegan a casa y la perspectiva de una buena comida forma parte de la cálida bienvenida que necesitan.
Prepárate
Tómate 15 minutos para descansar y así estarás fresca cuando él llegue. Retoca tu maquillaje, ponte una cinta en el pelo y ten un aspecto fresco. Él acaba de estar con un montón de gente cansada del trabajo. Sé un poco más alegre e interesante. Su aburrido día puede necesitar un empujón.
Despeja el desorden
Haz un último recorrido por la parte principal de la casa justo antes de que llegue tu marido, recogiendo los libros de texto, los juguetes, los papeles, etc. A continuación, pasa un trapo para quitar el polvo de las mesas. Tu marido sentirá que ha llegado a un remanso de descanso y orden, y a ti también te animará.
Prepara a los niños
Dedica unos minutos a lavar las manos y la cara de los niños (si son pequeños), a peinarlos y, si es necesario, a cambiarles de ropa. Son pequeños tesoros y a él le gustaría verlos haciendo ese papel.
Reduce al mínimo el ruido
En el momento de su llegada, elimina todo el ruido de la lavadora, la secadora, el lavavajillas o la aspiradora. Intenta exhortar a los niños a que estén callados. Sé feliz de verlo. Salúdale con una cálida sonrisa y alégrate de verle.
Algunas cosas que no hay que hacer
No le recibas con problemas o quejas. No te quejes si llega tarde a cenar. Considera esto como algo menor comparado con lo que puede haber pasado ese día.
Ponlo cómodo
Pídele que se recueste en una silla cómoda o sugiérele que se acueste en la habitación. Prepárale una bebida fría o caliente. Acomoda su almohada y ofrécete a quitarle los zapatos. Habla en voz baja, suave, tranquilizadora y agradable. Permite que se relaje, que descanse.
Escúchale
Es posible que tengas algún problema que contarle, pero el momento de su llegada no es el adecuado. Déjale hablar primero.
Haz que la noche sea suya
No te quejes nunca si no te lleva a cenar o a otras actividades de ocio. En su lugar, intenta comprender su mundo de tensión y presión, su necesidad de llegar a casa y relajarse.
El objetivo
Intenta que tu casa sea un lugar de paz y orden donde tu marido pueda renovarse en cuerpo y espíritu.
*alguna palabra no se entendía en los últimos párrafos.
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m.youtube.com/watch?v=BhFBOpovLn4
Edit #4
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