La idea del cartucho, o, en general, la de tener una máquina a la que proporcionarle software fácilmente (aunque sea en forma de hardware), para que se pueda jugar a diferentes juegos manteniendo la máquina, es sencillamente genial. Es, realmente, un win-win:
- gana el fabricante al poder vender consolas y además muchos más juegos, haciendo su sistema enormemente atractivo.
- gana el usuario al poder amortizar su hardware con diferentes juegos, extendiendo su vida.
Todo esto gracias a la invención de la C. P. U.
Las consolas anteriores, de primera generación, venían con los juegos cableados en su interior: comprabas una consola que venía con un juego (ej. Pong) o con varios (4, 6, 8, típicamente), y punto.
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- gana el fabricante al poder vender consolas y además muchos más juegos, haciendo su sistema enormemente atractivo.
- gana el usuario al poder amortizar su hardware con diferentes juegos, extendiendo su vida.
Todo esto gracias a la invención de la C. P. U.
Las consolas anteriores, de primera generación, venían con los juegos cableados en su interior: comprabas una consola que venía con un juego (ej. Pong) o con varios (4, 6, 8, típicamente), y punto.