Dos películas basadas en los interrogatorios a Eichmann y otros líderes que asistieron a la reunión, y en el único ejemplar encontrado del protocolo. Muy fiables aunque, por supuesto, abrevian mucho los debates, para no convertir la película en un tostón de varias horas.
- youtu.be/URSNN5mnI2gLa Conferencia de Wannsee, de 1984: En inglés, pero los diálogos en alemán van subtitulados y se sigue muy bien.
Y una puntualización, sobre la inexistencia de una orden directa de Hitler para desarrollar el exterminio de los judíos.
Ya en 1934, un alto funcionario nazi del Ministerio de Agricultura, Werner Willikens, explicaba cómo funcionaban las cosas en el III Reich en un discurso a dirigentes nazis de su ministerio venidos de toda Alemania: "Al Führer –dijo– le resulta muy difícil con una orden desde arriba conseguir cosas que tiene la intención de llevar a cabo antes o después." [De ahí que] "la obligación de cada uno de nosotros sea, por tanto, intentar trabajar hacia él en el espíritu del Führer"
El Führer había expresado sus deseos de librarse de una manera u otra de los judíos y había prometido que, si estallaba una guerra mundial, ésta acabaría con la destrucción de la Comunidad Judía. Por otra parte, los comandantes y funcionarios nazis sabían que los actos de violencia contra los judíos no serían castigados, a no ser que se aprovecharan personalmente de ellos (por ejemplo, robando propiedades) o desobedecieran órdenes directas (por ejemplo, el citado en el artículo Friedrich Jeckeln no fue castigado por lo que se consideró un "exceso de celo" sin más).
Por lo tanto, se estableció una especie de competencia entre los delfines de Hitler, y sus subalternos, a ver quién daba el paso más adecuado para "trabajar en la dirección del Führer" diseñando un plan de eliminación de los judíos lo más eficaz y eficiente posible. Ganó Heydrich, "La Bestia Rubia"
No hubo una orden de Hitler. No hacía falta. Y no es el único ejemplo de este proceso de dirección. Las dictaduras sangrientas siempre se han caracterizado por este estilo en el que muchas veces, al Líder no le hace falta dar una orden para que sus lameculos interpreten el deseo sin que sea expresado: Los Khemeres Rojos, Stalin, Mao, Mussolini, y hasta Franco son ejemplos: al lider le viene bien cultivar en la masa la idea de que Él está alejado y no informado de los excesos de los subordinados.
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Dos películas basadas en los interrogatorios a Eichmann y otros líderes que asistieron a la reunión, y en el único ejemplar encontrado del protocolo. Muy fiables aunque, por supuesto, abrevian mucho los debates, para no convertir la película en un tostón de varias horas.
- youtu.be/URSNN5mnI2g La Conferencia de Wannsee, de 1984: En inglés, pero los diálogos en alemán van subtitulados y se sigue muy bien.
- m.facebook.com/watch/?v=505611013600884&_rdr Conspiracy (La Solución Final) de 2001.
Y una puntualización, sobre la inexistencia de una orden directa de Hitler para desarrollar el exterminio de los judíos.
Ya en 1934, un alto funcionario nazi del Ministerio de Agricultura, Werner Willikens, explicaba cómo funcionaban las cosas en el III Reich en un discurso a dirigentes nazis de su ministerio venidos de toda Alemania: "Al Führer –dijo– le resulta muy difícil con una orden desde arriba conseguir cosas que tiene la intención de llevar a cabo antes o después." [De ahí que] "la obligación de cada uno de nosotros sea, por tanto, intentar trabajar hacia él en el espíritu del Führer"
El Führer había expresado sus deseos de librarse de una manera u otra de los judíos y había prometido que, si estallaba una guerra mundial, ésta acabaría con la destrucción de la Comunidad Judía. Por otra parte, los comandantes y funcionarios nazis sabían que los actos de violencia contra los judíos no serían castigados, a no ser que se aprovecharan personalmente de ellos (por ejemplo, robando propiedades) o desobedecieran órdenes directas (por ejemplo, el citado en el artículo Friedrich Jeckeln no fue castigado por lo que se consideró un "exceso de celo" sin más).
Por lo tanto, se estableció una especie de competencia entre los delfines de Hitler, y sus subalternos, a ver quién daba el paso más adecuado para "trabajar en la dirección del Führer" diseñando un plan de eliminación de los judíos lo más eficaz y eficiente posible. Ganó Heydrich, "La Bestia Rubia"
No hubo una orden de Hitler. No hacía falta. Y no es el único ejemplo de este proceso de dirección. Las dictaduras sangrientas siempre se han caracterizado por este estilo en el que muchas veces, al Líder no le hace falta dar una orden para que sus lameculos interpreten el deseo sin que sea expresado: Los Khemeres Rojos, Stalin, Mao, Mussolini, y hasta Franco son ejemplos: al lider le viene bien cultivar en la masa la idea de que Él está alejado y no informado de los excesos de los subordinados.