La sobrina de un compañero está trasplantada de corazón desde que la atacó un virus de miocardio a los 9 años.
Por mucho que crítico a mi querida España, somos la sociedad que regala corazones, no la que desconfía de quienes hacen posible que regalemos corazones.
Cuando en yanquílandia se trata el tema de los trasplantes, hay dinero y corrupción por medio. Aquí hay amor desinteresado. No somos la sociedad que ve enemigos, si no la que ve a nuestros semejantes, una gran familia, y por ello nos envidian.
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Por mucho que crítico a mi querida España, somos la sociedad que regala corazones, no la que desconfía de quienes hacen posible que regalemos corazones.
Cuando en yanquílandia se trata el tema de los trasplantes, hay dinero y corrupción por medio. Aquí hay amor desinteresado. No somos la sociedad que ve enemigos, si no la que ve a nuestros semejantes, una gran familia, y por ello nos envidian.