1.- Para guiarse por este procedimiento (Leitstrahlverfahren) Hess tuvo que aprovechar un día en que, además de unas circunstancias climatológicas adecuadas, hubiese proyectado un gran ataque sobre Gran Bretaña. Efectivamente, el 10 de Mayo la Luftwaffe lanzó la mayor ofensiva de toda la guerra sobre Londres.
2.- Todo esto lo hizo a espaldas de Hitler (el mapa lo consiguió del propio piloto del Führer, Hans Baur) haciendo valer su condición de número tres del Reich y su lealtad de la que nadie dudaba. En la fábrica Messerschmitt estaban encantados de que tan importante personaje les encargara un avión personal. Pongo esto para que nos demos cuenta de que la preparación del vuelo fue muy complicada y, desde luego, Hess tenía las facultades conservadas en esos momentos, sin ninguna duda.
3.- Hamilton había coincidido con Hess en una recepción que ofreció Hitler a los diplomáticos británicos, pero no fueron presentados formalmente. Se conocían meramente de vista. En cambio, Hamilton era buen amigo de Albrecht Haushofer, hijo del profesor de Geopolítica de Hess, Karl Haushofer. A través de Albrecht, también amigo y agente suyo, Hess había sacado la falsa impresión (posiblemente porque A. Haushofer era, por su lado, cada vez más antibelicista) de que era uno de los líderes de una corriente contraria a la guerra dentro del Partido Conservador, y creía que podría ser un buen interlocutor para negociar la paz.
4.- Las radiografías que le hicieron mostraron un pequeño astillamiento de una apófisis espinosa de una vértebra, y un pequeño trozo de maléolo tibial desprendido. Nada para lo que podía haber pasado.
5.- Es decir, dado que había venido por su propia voluntad y desarmado (el Bf – 100 había sido descargado de toda munición a petición de Hess) pedía acogerse a una protección semejante a la bandera blanca de los parlamentarios que negociaban un alto el fuego entre los ejércitos: derecho a exponer su oferta, y salvoconducto de vuelta a sus líneas. No es tan descabellado. Incluso en la batalla de Stalingrado o hasta los últimos días de la Batalla de Berlín, se respetó este protocolo. Como sabemos, aquí no se le concedió ese derecho a Hess. No fue el acto más caballeroso de los británicos durante esta guerra, precisamente.
6.- Es posible que hayan oído el apodo “Teppichfresser” (comedor de alfombras) dedicado a Hitler. En realidad es un chiste, magnificado por la propaganda. La expresión “comerse las alfombras”, en alemán, equivale a “subirse por las paredes”. La primera vez que sabemos que tal apodo se aplicó a Hitler se registra en Shirer (“Historia del III Reich. Vol I”), cuando – durante la crisis checa, en 1938- Hitler estaba esperando noticias, y un periodista alemán antinazi le dijo a Shirer: “Teppichfresser” (se come las alfombras), refiriéndose a que andaba de un lado a otro de la habitación desgastando la alfombra. Hitler era una persona con un gran sentido del ridículo, y nunca se permitiría cosas como tirarse por el suelo o morder alfombras. Lo suyo era soltar filípicas tremendas a sus subordinados (o a gente a quien quería amedrentar) para que se doblegaran.
7.- Consecuentemente, contactó lo más rápido posible con Italia y Japón (que aún no estaba en guerra), para asegurarles que no pensaba hacer la paz por separado con los británicos y que Hess “estaba loco”. Los astrólogos y videntes fueron liberados, al no encontrar pruebas de traición entre ellos, e incluso se dotó a Ilse Hess de una pensión de 1500 RM mensuales. En cambio, los dos ayudantes de Hess, Alfred Leitgen y Karlheinz Pintsch, fueron encarcelados y acabaron en el campo de Sachsenhausen, porque conocían los planes de Hess (Pintsch seguro, Leitgen muy probable). Ambos fueron liberados en 1944, para ir a combatir en el Frente del Este, y sobrevivieron a la guerra. Jodidos, pero sobrevivieron.
8.- Obviamente, gente tan aguda de mente como Goebbles y Goering no dejaron de advertir el problema que suponía, ante la opinión pública, reconocer que el nº 3 del Reich era un loco que había podido desertar al enemigo. Un chiste tipo de la época incluía "un diálogo entre un loco, ingresado por decir antes del 10 de Mayo, que el Deputy Führer estaba loco, y otro, internado por decir, tras el 11 de Mayo, que no lo estaba."
9.- La oferta de Hess (que, según él, actuaba en nombre del Führer) era la siguiente:
----> A) Alemania controlaría Europa continental, mientras el Reino Unido continuaría con su Imperio Británico. Se entendía que ambos países se entenderían en este status quo.
----> B) El III Reich recuperaría las colonias alemanas perdidas en la I Guerra Mundial.
----> C) Ambos países (Alemania y el Imperio Británico) recibirían compensaciones adecuadas por los daños ocasionados por la Guerra. Aquí Hess pensaba, sin duda, en sus padres, despojados de todo su patrimonio tras la I Guerra Mundial, pero incluía a cualquier persona, alemana o británica, perjudicada.
----> D) La firma del Tratado de Paz incluiría a Italia y Japón (aliados del III Reich)
Una vez declarada su oferta, Hess dijo que no podía negociarse con Churchill o su “gabinete de Belicistas”.
En realidad, esta oferta era, exactamente, la que Hitler había hecho ya tras la victoria de Francia… ¿Por qué hubiese creído Hess que los británicos la iban a aceptar? Solo encuentro una respuesta, que por otra parte es la explicación que dio Hess sobre su conducta: creía que el Gobierno Británico tenía “secuestrada” a la “opinión pública”, posiblemente en nombre de “La Judería Mundial”, y que sólo un acto mesiánico como el suyo podría salvar la paz del mundo.
10.- Según la Convención de Ginebra, los enfermos mentales, como los enfermos crónicos, o los incurables, debían ser devueltos a su país de origen.
11.- En Febrero de 1945 se registra un nuevo intento de suicidio, esta vez clavándose un cuchillo de pan, pero el hecho de que sólo tuviese que recibir dos puntos de sutura; y de que, para ese tiempo, Hess era consciente de que Alemania había perdido la guerra y él arriesgaba una condena de muerte si no era declarado enfermo mental, arrojó dudas sobre si era un intento de suicidio real o una simulación.
En 1977 Hess (83 años) se intentó suicidar nuevamente, cortándose las muñecas; en 1987 (93 años) Hess fue encontrado en su celda, colgando de una lámpara. Sin embargo, estos intentos, y la muerte final de Hess, no están en el objetivo de este artículo, que trata de la razón por la que Hess voló a Escocia… Hablaré sobre ello, sin embargo, dando mi opinión, en mi próximo artículo.
Es importante comprender que, pese a que es probable que Hess intentase fingir una enfermedad mental entre 1942 y 1950 (al menos), las mentes paranoicas, debido a que su horizonte mental se empobrece (siempre piensan en lo mismo, rumian una y otra vez sus objetivos) están mucho más predispuestos a sufrir demencia. Por eso, en los años posteriores que pasó en Spandau (mucho más tras la liberación de Albert Speer en 1965, quedando Hess como último preso de la prisión) con una casi absoluta falta de estímulos cognitivos, no sorprende que evolucionara a una verdadera demencia.
12.- En las grabaciones de Nüremberg, y en los testimonios del resto de acusados, se ve cómo Hess, de vez en cuando, vuelve la cabeza, como si oyera voces, mira hacia adelante con gesto estúpido… En ese momento, y como se demuestra en su alegato final ante el Tribunal, no es muy creíble su deterioro cognitivo…
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2.- Todo esto lo hizo a espaldas de Hitler (el mapa lo consiguió del propio piloto del Führer, Hans Baur) haciendo valer su condición de número tres del Reich y su lealtad de la que nadie dudaba. En la fábrica Messerschmitt estaban encantados de que tan importante personaje les encargara un avión personal. Pongo esto para que nos demos cuenta de que la preparación del vuelo fue muy complicada y, desde luego, Hess tenía las facultades conservadas en esos momentos, sin ninguna duda.
3.- Hamilton había coincidido con Hess en una recepción que ofreció Hitler a los diplomáticos británicos, pero no fueron presentados formalmente. Se conocían meramente de vista. En cambio, Hamilton era buen amigo de Albrecht Haushofer, hijo del profesor de Geopolítica de Hess, Karl Haushofer. A través de Albrecht, también amigo y agente suyo, Hess había sacado la falsa impresión (posiblemente porque A. Haushofer era, por su lado, cada vez más antibelicista) de que era uno de los líderes de una corriente contraria a la guerra dentro del Partido Conservador, y creía que podría ser un buen interlocutor para negociar la paz.
4.- Las radiografías que le hicieron mostraron un pequeño astillamiento de una apófisis espinosa de una vértebra, y un pequeño trozo de maléolo tibial desprendido. Nada para lo que podía haber pasado.
5.- Es decir, dado que había venido por su propia voluntad y desarmado (el Bf – 100 había sido descargado de toda munición a petición de Hess) pedía acogerse a una protección semejante a la bandera blanca de los parlamentarios que negociaban un alto el fuego entre los ejércitos: derecho a exponer su oferta, y salvoconducto de vuelta a sus líneas. No es tan descabellado. Incluso en la batalla de Stalingrado o hasta los últimos días de la Batalla de Berlín, se respetó este protocolo. Como sabemos, aquí no se le concedió ese derecho a Hess. No fue el acto más caballeroso de los británicos durante esta guerra, precisamente.
6.- Es posible que hayan oído el apodo “Teppichfresser” (comedor de alfombras) dedicado a Hitler. En realidad es un chiste, magnificado por la propaganda. La expresión “comerse las alfombras”, en alemán, equivale a “subirse por las paredes”. La primera vez que sabemos que tal apodo se aplicó a Hitler se registra en Shirer (“Historia del III Reich. Vol I”), cuando – durante la crisis checa, en 1938- Hitler estaba esperando noticias, y un periodista alemán antinazi le dijo a Shirer: “Teppichfresser” (se come las alfombras), refiriéndose a que andaba de un lado a otro de la habitación desgastando la alfombra. Hitler era una persona con un gran sentido del ridículo, y nunca se permitiría cosas como tirarse por el suelo o morder alfombras. Lo suyo era soltar filípicas tremendas a sus subordinados (o a gente a quien quería amedrentar) para que se doblegaran.
7.- Consecuentemente, contactó lo más rápido posible con Italia y Japón (que aún no estaba en guerra), para asegurarles que no pensaba hacer la paz por separado con los británicos y que Hess “estaba loco”. Los astrólogos y videntes fueron liberados, al no encontrar pruebas de traición entre ellos, e incluso se dotó a Ilse Hess de una pensión de 1500 RM mensuales. En cambio, los dos ayudantes de Hess, Alfred Leitgen y Karlheinz Pintsch, fueron encarcelados y acabaron en el campo de Sachsenhausen, porque conocían los planes de Hess (Pintsch seguro, Leitgen muy probable). Ambos fueron liberados en 1944, para ir a combatir en el Frente del Este, y sobrevivieron a la guerra. Jodidos, pero sobrevivieron.
8.- Obviamente, gente tan aguda de mente como Goebbles y Goering no dejaron de advertir el problema que suponía, ante la opinión pública, reconocer que el nº 3 del Reich era un loco que había podido desertar al enemigo. Un chiste tipo de la época incluía "un diálogo entre un loco, ingresado por decir antes del 10 de Mayo, que el Deputy Führer estaba loco, y otro, internado por decir, tras el 11 de Mayo, que no lo estaba."
9.- La oferta de Hess (que, según él, actuaba en nombre del Führer) era la siguiente:
----> A) Alemania controlaría Europa continental, mientras el Reino Unido continuaría con su Imperio Británico. Se entendía que ambos países se entenderían en este status quo.
----> B) El III Reich recuperaría las colonias alemanas perdidas en la I Guerra Mundial.
----> C) Ambos países (Alemania y el Imperio Británico) recibirían compensaciones adecuadas por los daños ocasionados por la Guerra. Aquí Hess pensaba, sin duda, en sus padres, despojados de todo su patrimonio tras la I Guerra Mundial, pero incluía a cualquier persona, alemana o británica, perjudicada.
----> D) La firma del Tratado de Paz incluiría a Italia y Japón (aliados del III Reich)
Una vez declarada su oferta, Hess dijo que no podía negociarse con Churchill o su “gabinete de Belicistas”.
En realidad, esta oferta era, exactamente, la que Hitler había hecho ya tras la victoria de Francia… ¿Por qué hubiese creído Hess que los británicos la iban a aceptar? Solo encuentro una respuesta, que por otra parte es la explicación que dio Hess sobre su conducta: creía que el Gobierno Británico tenía “secuestrada” a la “opinión pública”, posiblemente en nombre de “La Judería Mundial”, y que sólo un acto mesiánico como el suyo podría salvar la paz del mundo.
10.- Según la Convención de Ginebra, los enfermos mentales, como los enfermos crónicos, o los incurables, debían ser devueltos a su país de origen.
11.- En Febrero de 1945 se registra un nuevo intento de suicidio, esta vez clavándose un cuchillo de pan, pero el hecho de que sólo tuviese que recibir dos puntos de sutura; y de que, para ese tiempo, Hess era consciente de que Alemania había perdido la guerra y él arriesgaba una condena de muerte si no era declarado enfermo mental, arrojó dudas sobre si era un intento de suicidio real o una simulación.
En 1977 Hess (83 años) se intentó suicidar nuevamente, cortándose las muñecas; en 1987 (93 años) Hess fue encontrado en su celda, colgando de una lámpara. Sin embargo, estos intentos, y la muerte final de Hess, no están en el objetivo de este artículo, que trata de la razón por la que Hess voló a Escocia… Hablaré sobre ello, sin embargo, dando mi opinión, en mi próximo artículo.
Es importante comprender que, pese a que es probable que Hess intentase fingir una enfermedad mental entre 1942 y 1950 (al menos), las mentes paranoicas, debido a que su horizonte mental se empobrece (siempre piensan en lo mismo, rumian una y otra vez sus objetivos) están mucho más predispuestos a sufrir demencia. Por eso, en los años posteriores que pasó en Spandau (mucho más tras la liberación de Albert Speer en 1965, quedando Hess como último preso de la prisión) con una casi absoluta falta de estímulos cognitivos, no sorprende que evolucionara a una verdadera demencia.
12.- En las grabaciones de Nüremberg, y en los testimonios del resto de acusados, se ve cómo Hess, de vez en cuando, vuelve la cabeza, como si oyera voces, mira hacia adelante con gesto estúpido… En ese momento, y como se demuestra en su alegato final ante el Tribunal, no es muy creíble su deterioro cognitivo…