1.- La disminución de la morbi-mortalidad que produjo la mejora de las condiciones sociales (continuamente desde principios del siglo XVIII) y, en el Siglo XX, los enormes avances en la sistematización del método experimental en Medicina; la aparición de la Enfermería como disciplina procuradora de cuidados y, sobre todo, la era antibiótica, junto con el aumento de la Tecnología tras la Segunda Guerra Mundial, resultaron, con la percepción de la población de que se aumentaba la esperanza de vida, en una creencia renovada en la posibilidad de curar “casi” todas las enfermedades, y de alargar la vida “casi” indefinidamente.

2.- Sólo recordar que Luis Montes, Coordinador de Urgencias de Leganés, fue acusado - junto con su equipo - de practicar "cuatrocientas sedaciones irregulares" (lo que equivalía a cuatrocientos asesinatos). El caso se polarizó y se politizó extremadamente, entre partidarios de la "muerte digna" y quienes "denunciaban" prácticas de eutanasia masiva. Tras tres años de instrucción, proceso y dos juicios, se dictó sentencia absolviendo de toda culpa a Montes y su equipo, e incluso ordenando retirar del Auto del Archivo de un primer juicio (que le había absuelto, pero hablando de "mala praxis" del equipo de Montes) toda mención a malas prácticas.

3.- Como imagino que sabrán, el más antiguo de los Evangelios canónicos, el de Marcos, data de unos 30 años después de los hechos que explica; de hecho, los escritos más antiguos del Nuevo Testamento son algunas cartas de San Pablo, que se creen escritas 20 o 25 años tras la muerte de Jesús. Por otro lado, tenemos que los Evangelios no pretenden ser escritos de historiadores objetivos, sino relatos de parte sobre los hechos de un predicador al que los cronistas no conocieron, y cuya vida les llegó por tradición oral. No existe ninguna fuente fuera de la Biblia que permita certificar la existencia de Jesús de Nazareth, y menos aún sus milagros o las circunstancias de su muerte.

4.- El condenado colgaba de ambas extremidades superiores (no se conoce exactamente dónde se insertaban los clavos, pero tampoco es relevante), lo que provocaba una tremenda incomodidad y, unido a la pérdida de sangre por la flagelación, cansancio y dificultad para respirar progresivos y muy intensos. En el madero vertical se colocaba un pequeño travesaño de madera (unos dicen que bajo los pies, pero más probablemente bajo las nalgas) llamado sedile o cornu, que permitía al crucificado darse impulso para aliviarse y respirar un poco mejor. Pero, como no se podía mantener mucho tiempo elevado, volvía a caer y vuelta a empezar. El "sedile" resultaba sólo en una prolongación de la agonía y añadía una tortura más, pues dado su pequeño tamaño, provocaba un gran dolor en el perineo, que es una zona con muchas terminaciones dolorosas.

5.- Ciertamente los cadáveres eran impuros, y los judíos no desearían que los cadáveres quedasen colgando, ni hubiesen permitido descolgar los cuerpos si muriesen durante la festividad. Pero está perfectamente documentado que en muchas ocasiones se procedía a acelerar la muerte del reo como una medida de gracia. Y, por otro lado, tampoco era raro que los crucificados quedasen colgados de la cruz durante días, cayese el día de la semana en que cayese. Y los familiares podían pedir (y de hecho lo hacían) que acabasen con la agonía para enterrarles un viernes, pero quedaba a juicio de la autoridad romana de turno consentir, o no.

Respecto a las profecías, es una constante de los Evangelistas (sobre todo de Mateo) aprovechar cualquier suceso para enlazarlo con algún versículo del Antiguo Testamento, venga o no a cuento, de manera que en ocasiones la interpretación es forzada e, incluso, se ha sospechado que se inventan cosas. Por ejemplo, en este caso, la lanzada y la mención a la ausencia de fracturas no aparecen en los otros tres Evangelios sinópticos. Pero ¿con qué profecías se relacionan? En el caso de "No le quebrarán ningún hueso" parece enlazar con Salmos, 34;21, donde se canta el cuidado de Yahveh por el Justo, al que libera de todas las desgracias y no permite que le rompan los huesos. No sé si eso se puede ajustar al vapuleado Jesús; pero Juan esconde otro as sobre la manga: y es que en todo su Evangelio ha presentado a Jesús como un místico y simbólico "Cordero Pascual de Dios"... y para la Pascua, los judíos debían matar un cordero, desangrarlo, pero sin romper ninguno de los huesos. Así que, se rompiesen las piernas de Jesús o no, y aunque -quién sabe- no hubiese habido esa intención, era interesante para Juan explicar a sus lectores que no se rompieron las piernas porque lo decían las profecías. Más obscura es la referencia de "Mirarán al que traspasaron", que hace referencia a Zacarías 12:12: "En cuanto a aquél a quien traspasaron, harán lamentación por él como lamentación por hijo único, y le llorarán amargamente como se llora amargamente a un primogénito." Pero en realidad, Zacarías, que escribe pocos años después del regreso del Exilio en Babilonia, exhorta a los judíos a reconstruir el Templo de Jerusalén (que encontraba grandes problemas) y les promete la asistencia divina y la derrota de sus enemigos, siempre que sean fieles a Yahveh. En ese contexto se hace referencia a alguien, desconocido para nosotros, quizás un líder civil judío, que fue asesinado, a quien llorarán como (el comparativo es importante) a un hijo único o primogénito. Es decir, pide para él el mayor de los duelos, y no se compadece demasiado con la figura de Jesús, proclamado por la Iglesia como Unigénito de Dios por derecho propio.