1.- Un gran valedor de esta tesis fue Churchill (en la oposición desde 1945), que hizo una declaración que fue muy celebrada en los medios españoles: “Es contradictorio que tengamos un embajador en Moscú y no en Madrid”. También muchos políticos norteamericanos, de los que habían apoyado a Franco en la Guerra Civil, presionaron a su gobierno a favor de Franco.
2.- ¿O no lo fue tanto? Es imposible que los políticos españoles no supieran que, en la Conferencia de Yalta (Febrero de 1945) se había acordado que formarían parte de la ONU sólo países que hubieran declarado la Guerra al Eje antes del 1 de Marzo de 1945. Aunque el plazo finalmente no se aplicó estrictamente, eso fue la causa de la catarata de declaraciones de guerra de países que no habían mostrado simpatía por los aliados (como algunos países latinoamericanos) o incluso habían coqueteado con el Eje (como algunos países musulmanes: Siria, Arabia del Sur, Irán, Egipto…) en Febrero y Marzo de 1945. Esto, junto con la relación de votos en la nueva Asamblea, hace impensable que el Gobierno español creyese que iban a admitir a su Régimen por su cara bonita. Más bien debe pensarse que se buscó la típica campaña de agravios de la “conspiración masónica-bolchevique” para captar el apoyo de las masas, siempre prestas al victimismo.
3.- Incluso, como ya he dicho, teniendo la desvergüenza de incluir las gestiones de personas que, como Romero Radigales o Muguiru, habían sido censurados por crear problemas con los nazis. Con Sanz Briz la cosa no llegó a tanto, posiblemente porque a finales de 1944 ya el Régimen era muy consciente del genocidio nazi, pero tuvo que guardar un prudente silencio durante el resto de su vida para no perjudicar su carrera diplomática. Así, en 1963 fue obligado a mentir a Isaac R. Molho (un periodista israelí; en Israel habían descubierto su papel como salvador de judíos) diciéndole que todo lo había hecho por “orden de su gobierno”. Poco después, en 1966, la organización Yad Vashem contactó con él para que asistiera a un homenaje, donde sería proclamado “Justo entre las Naciones”, pero Sanz Briz se vio obligado a declinar el honor por instrucciones del Régimen.
4.- Ambos tienen dos cosas en común: ser “inspirados” por el Régimen de Franco, y no ser historiadores. Ysert es periodista, y Chaim U. Lipschitz escritor de best-sellers basados en hechos históricos sobre los judíos. El libro de este último, aunque salió a la luz en 1984, dice el autor que se basa en datos que llevaba recopilando desde los sesenta. De hecho, con cierto candor, reconoce que su propuesta de recoger información para escribir su libro sobre la salvación de judíos por Franco, fue acogida por los que favorecían la causa de Franco con “aplausos entusiastas”. Lipschitz (que se llegó a entrevistar con Franco en 1970, y que en su libro se expresa con bastante escepticismo en cuanto a las palabras del Caudillo sobre su caridad cristiana) parece sincero; pero, como Ysert, simplemente ha hecho suya la versión (actualmente desacreditada) sobre las instrucciones del Ministerio de AAEE ordenando a sus representantes salvar “cuantos judíos fueran posibles” desde que conoció la persecución a que eran sometidos.
5.-
- Salomón Ben Ami, Ministro de Asuntos Exteriores de Israel y Embajador de Israel en España (Declaraciones a la revista “Época” en 1991): «El poder judío no fue capaz de cambiar la política de Roosevelt hacia los judíos durante la II Guerra Mundial. El único país de Europa que de verdad echó una mano a los judíos fue un país en el que no había ninguna influencia judía: España, que salvó más judíos que todas las democracias juntas».
- Golda Meier [sic], Primera Ministra de Israel, declaró siendo Ministra de Asuntos Exteriores (Durante un debate en el Parlamento israelí, Knesset, el 10 de febrero de 1959): «El pueblo judío y el Estado de Israel recuerdan la actitud humanitaria adoptada por España durante la era hitleriana, cuando dieron ayuda y protección a muchas víctimas del nazismo».
- Max Mazin, Presidente de la Asociación Hebrea en España (1973): «¿Qué importa el número de judíos salvados por España, cuando el precio de una sola vida es infinito? Sé que España salvó las vidas de docenas de millares de hermanos nuestros por diversos procedimientos, y hubiera salvado muchas más de haber tenido oportunidad de hacerlo». «El nombre de España es una de las poquísimas luces que brillan en la larga y oscura noche que vivió el pueblo judío durante los trágicos años del nazismo».
- Elie Wiezel, escritor judío, premio Nobel de la Paz en 1986: «España fue, probablemente, el único país de Europa que no devolvió a los refugiados judíos». (Declaraciones a la prensa a su llegada a Madrid en julio de 1990)
- Haim Avni y Yad Vaskem [sic], profesores de la Universidad hebrea de Jerusalén: «Un total de por lo menos 40.000 vidas judías fueron salvadas de las cámaras de gas por las actuaciones directas de las embajadas y consulados españoles». (“Estudios sobre la catástrofe judeo-europea y la resistencia”, 1970)
- Chaim Lipschitz, escritor judío. Autor del libro “Franco, Spain, the Jews and the holocaust”: «Tengo pruebas de que el Jefe del Estado español, Francisco Franco, salvó a más de sesenta mil judíos durante la II Guerra Mundial. Ya va a ser hora de que alguien dé las gracias a Franco por ello». (Declaraciones a la revista “Newsweek" en febrero de 1970)
- Israel Singer, Presidente del Congreso Mundial Judío: «La España de Franco fue un refugio importante de judíos que se arriesgaron a venir, escapando de la Francia de la libertad, la fraternidad y la igualdad. No quiero defender a Franco, pero en la II Guerra Mundial muchos judíos se salvaron en España e ignorarlo es ignorar la historia». (Entrevista en “El Mundo”, el 17 de diciembre de 2005)
- Enrique Múgica Herzog, [Imagen] destacado miembro del PSOE: «Aquel régimen, tan criticable en otros aspectos, acogió a los judíos que llegaron, bien para asentarse en España, bien para continuar viaje con la ayuda del servicio diplomático». (Declaración como presidente de la delegación española en el Congreso Judío Mundial celebrado en Londres en 1998).
6.- En 1959 Israel, pasada ya la euforia de 1948 con la victoria sobre los vecinos árabes y la creación de un Estado, pasaba por malos momentos. Los combatientes de 1948 eran vistos como “Abuelos Cebolletas”, y no digamos las historias de guettos y Shoah de los más ancianos. Hanna Arendt nos cuenta que, dos años después, el juicio y ejecución de Eichmann sirvió como "combustible" para una nueva generación de jóvenes que comprendieron el horror que habían sufrido sus padres. Pero, en 1959, eso no había llegado. Internacionalmente, Israel estaba muy aislada. Su gran apoyo en 1948, la URSS, le abandonó cuando vio que no evolucionaba a un régimen pro-soviético. EEUU estaba dispuesta a ser su valedor… pero sólo en sus propios términos, y en 1957 Israel se había visto obligada por los norteamericanos a renunciar a su profundidad estratégica (tras la Crisis del Sinaí) frente a Egipto. Francia y Reino Unido, humilladas en la crisis de 1956, no eran de ayuda…
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2.- ¿O no lo fue tanto? Es imposible que los políticos españoles no supieran que, en la Conferencia de Yalta (Febrero de 1945) se había acordado que formarían parte de la ONU sólo países que hubieran declarado la Guerra al Eje antes del 1 de Marzo de 1945. Aunque el plazo finalmente no se aplicó estrictamente, eso fue la causa de la catarata de declaraciones de guerra de países que no habían mostrado simpatía por los aliados (como algunos países latinoamericanos) o incluso habían coqueteado con el Eje (como algunos países musulmanes: Siria, Arabia del Sur, Irán, Egipto…) en Febrero y Marzo de 1945. Esto, junto con la relación de votos en la nueva Asamblea, hace impensable que el Gobierno español creyese que iban a admitir a su Régimen por su cara bonita. Más bien debe pensarse que se buscó la típica campaña de agravios de la “conspiración masónica-bolchevique” para captar el apoyo de las masas, siempre prestas al victimismo.
3.- Incluso, como ya he dicho, teniendo la desvergüenza de incluir las gestiones de personas que, como Romero Radigales o Muguiru, habían sido censurados por crear problemas con los nazis. Con Sanz Briz la cosa no llegó a tanto, posiblemente porque a finales de 1944 ya el Régimen era muy consciente del genocidio nazi, pero tuvo que guardar un prudente silencio durante el resto de su vida para no perjudicar su carrera diplomática. Así, en 1963 fue obligado a mentir a Isaac R. Molho (un periodista israelí; en Israel habían descubierto su papel como salvador de judíos) diciéndole que todo lo había hecho por “orden de su gobierno”. Poco después, en 1966, la organización Yad Vashem contactó con él para que asistiera a un homenaje, donde sería proclamado “Justo entre las Naciones”, pero Sanz Briz se vio obligado a declinar el honor por instrucciones del Régimen.
4.- Ambos tienen dos cosas en común: ser “inspirados” por el Régimen de Franco, y no ser historiadores. Ysert es periodista, y Chaim U. Lipschitz escritor de best-sellers basados en hechos históricos sobre los judíos. El libro de este último, aunque salió a la luz en 1984, dice el autor que se basa en datos que llevaba recopilando desde los sesenta. De hecho, con cierto candor, reconoce que su propuesta de recoger información para escribir su libro sobre la salvación de judíos por Franco, fue acogida por los que favorecían la causa de Franco con “aplausos entusiastas”. Lipschitz (que se llegó a entrevistar con Franco en 1970, y que en su libro se expresa con bastante escepticismo en cuanto a las palabras del Caudillo sobre su caridad cristiana) parece sincero; pero, como Ysert, simplemente ha hecho suya la versión (actualmente desacreditada) sobre las instrucciones del Ministerio de AAEE ordenando a sus representantes salvar “cuantos judíos fueran posibles” desde que conoció la persecución a que eran sometidos.
5.-
- Salomón Ben Ami, Ministro de Asuntos Exteriores de Israel y Embajador de Israel en España (Declaraciones a la revista “Época” en 1991): «El poder judío no fue capaz de cambiar la política de Roosevelt hacia los judíos durante la II Guerra Mundial. El único país de Europa que de verdad echó una mano a los judíos fue un país en el que no había ninguna influencia judía: España, que salvó más judíos que todas las democracias juntas».
- Golda Meier [sic], Primera Ministra de Israel, declaró siendo Ministra de Asuntos Exteriores (Durante un debate en el Parlamento israelí, Knesset, el 10 de febrero de 1959): «El pueblo judío y el Estado de Israel recuerdan la actitud humanitaria adoptada por España durante la era hitleriana, cuando dieron ayuda y protección a muchas víctimas del nazismo».
- Max Mazin, Presidente de la Asociación Hebrea en España (1973): «¿Qué importa el número de judíos salvados por España, cuando el precio de una sola vida es infinito? Sé que España salvó las vidas de docenas de millares de hermanos nuestros por diversos procedimientos, y hubiera salvado muchas más de haber tenido oportunidad de hacerlo». «El nombre de España es una de las poquísimas luces que brillan en la larga y oscura noche que vivió el pueblo judío durante los trágicos años del nazismo».
- Elie Wiezel, escritor judío, premio Nobel de la Paz en 1986: «España fue, probablemente, el único país de Europa que no devolvió a los refugiados judíos». (Declaraciones a la prensa a su llegada a Madrid en julio de 1990)
- Haim Avni y Yad Vaskem [sic], profesores de la Universidad hebrea de Jerusalén: «Un total de por lo menos 40.000 vidas judías fueron salvadas de las cámaras de gas por las actuaciones directas de las embajadas y consulados españoles». (“Estudios sobre la catástrofe judeo-europea y la resistencia”, 1970)
- Chaim Lipschitz, escritor judío. Autor del libro “Franco, Spain, the Jews and the holocaust”: «Tengo pruebas de que el Jefe del Estado español, Francisco Franco, salvó a más de sesenta mil judíos durante la II Guerra Mundial. Ya va a ser hora de que alguien dé las gracias a Franco por ello». (Declaraciones a la revista “Newsweek" en febrero de 1970)
- Israel Singer, Presidente del Congreso Mundial Judío: «La España de Franco fue un refugio importante de judíos que se arriesgaron a venir, escapando de la Francia de la libertad, la fraternidad y la igualdad. No quiero defender a Franco, pero en la II Guerra Mundial muchos judíos se salvaron en España e ignorarlo es ignorar la historia». (Entrevista en “El Mundo”, el 17 de diciembre de 2005)
- Enrique Múgica Herzog, [Imagen] destacado miembro del PSOE: «Aquel régimen, tan criticable en otros aspectos, acogió a los judíos que llegaron, bien para asentarse en España, bien para continuar viaje con la ayuda del servicio diplomático». (Declaración como presidente de la delegación española en el Congreso Judío Mundial celebrado en Londres en 1998).
6.- En 1959 Israel, pasada ya la euforia de 1948 con la victoria sobre los vecinos árabes y la creación de un Estado, pasaba por malos momentos. Los combatientes de 1948 eran vistos como “Abuelos Cebolletas”, y no digamos las historias de guettos y Shoah de los más ancianos. Hanna Arendt nos cuenta que, dos años después, el juicio y ejecución de Eichmann sirvió como "combustible" para una nueva generación de jóvenes que comprendieron el horror que habían sufrido sus padres. Pero, en 1959, eso no había llegado. Internacionalmente, Israel estaba muy aislada. Su gran apoyo en 1948, la URSS, le abandonó cuando vio que no evolucionaba a un régimen pro-soviético. EEUU estaba dispuesta a ser su valedor… pero sólo en sus propios términos, y en 1957 Israel se había visto obligada por los norteamericanos a renunciar a su profundidad estratégica (tras la Crisis del Sinaí) frente a Egipto. Francia y Reino Unido, humilladas en la crisis de 1956, no eran de ayuda…