El impulso por la independencia catalana, que ha sumido a España en su peor crisis en décadas y ha dividido a la región en sí, ha ido demasiado lejos, demasiado rápido, según el ex presidente catalán que comenzó la campaña de secesión.
Al hablar con el observador al final de una semana de disturbios provocados por el encarcelamiento de la Corte Suprema española de nueve líderes separatistas, Artur Mas condenó la violencia de los últimos días, pero acusó a la corte de jugar a la política y al estado español de una respuesta "salvaje" a demandas de independencia.
Mas dijo que la decisión del tribunal de condenar a los acusados de sedición fue un desastre, y agregó: "Fue una sentencia política dictada por personas que no son políticos". Son jueces y cuando los jueces intentan actuar como políticos, normalmente termina mal ".
Al denunciar la violencia que ha desfigurado el movimiento de independencia tradicionalmente pacífico, Mas dijo que se quitó el sombrero ante "la movilización masiva de personas que se dan cuenta de que necesitan oponerse a esta sentencia y sus consecuencias".
El viernes, se estima que 525,000 personas se reunieron en Barcelona para protestar contra la sentencia y por la noche hubo enfrentamientos violentos cuando los separatistas arrojaron piedras y fuegos artificiales a la policía, quienes respondieron con gases lacrimógenos y balas de goma. Hablando el sábado por la mañana, el presidente de Cataluña, Quim Torra, también condenó la violencia y pidió conversaciones con el gobierno español.
Mas, que gobernó Cataluña entre 2010 y 2016 y puso a la región en curso de colisión con Madrid al organizar un referéndum de independencia simbólico y no vinculante hace cinco años, reconoció que se habían cometido errores.
La crisis actual comenzó cuando el sucesor de Mas, Carles Puigdemont, anunció un referéndum de independencia unilateral en junio de 2017.
La encuesta, organizada en desafío al gobierno español, los tribunales y la constitución, se celebró el 1 de octubre de ese año y fue seguida tres semanas después por una declaración unilateral de independencia en el parlamento regional.
"En mi opinión, el movimiento de independencia ha cometido tres errores", dijo Mas. “La primera es que tenía demasiada prisa y establecía plazos demasiado cortos; estaba haciendo demandas excesivas de sí mismo. El segundo error fue la falta de unidad interna: con demasiada frecuencia, ha habido una falta de unidad dentro del movimiento y ese sigue siendo en parte el caso ahora ".
El tercer error, agregó, había sido subestimar la fuerza del estado español. "Pensamos que en el siglo XXI y como parte de la UE, actuaría de una manera más democrática y civilizada", dijo. "Pero hemos visto que sigue actuando como solía hacerlo hace unas décadas. Necesitamos aprender de esos tres errores ".
Mas reconoció que el movimiento de independencia necesitaba hacer más para ganar corazones y mentes en Cataluña, donde el apoyo a la secesión nunca ha superado el 48,7%, y donde los partidos independentistas nunca han logrado obtener el 50% de los votos en las elecciones regionales.
En las elecciones regionales catalanas convocadas por el gobierno de Madrid y celebradas en diciembre de 2017, los tres partidos independentistas conservaron su mayoría absoluta en el parlamento catalán, ganando 70 de sus 135 escaños. Entre ellos, obtuvieron el 47,7% de los votos. Pero el mayor ganador individual fue el partido Ciudadano incondicionalmente incondicional, que obtuvo 37 escaños.
Aunque Mas admitió que todavía no había "una mayoría decisiva a favor de la independencia", dijo que era necesario celebrar otro referéndum para resolver el asunto y sanar las fracturas dentro de la sociedad catalana.
Las encuestas sugieren que la gran mayoría de los catalanes están a favor de un referéndum oficial celebrado con la bendición del gobierno español.
"Es difícil encontrar una solución que no implique un referéndum porque la gente quiere tomar la decisión sobre el futuro del país, ya sea a favor o en contra de la independencia", dijo Mas.
"Los resultados pueden no ser del todo positivos, pero la realidad actual tampoco es exactamente positiva".
Sugirió que a los votantes se les podrían hacer dos preguntas en el referéndum: si querían renegociar su relación con el gobierno central con un nuevo estatuto de autonomía regional, o si favorecían la independencia.
"En cualquier caso, creo que tiene que haber un referéndum y la gente debe poder votar sobre la independencia".
Mas, a quien se le prohibió ocupar un cargo público durante dos años después de ser declarado culpable de desobedecer a la corte constitucional española al celebrar el referéndum simbólico de independencia en 2014, dijo que estaba sorprendido por lo que sucedió en los últimos dos años.
Nunca habría imaginado que nueve políticos terminarían en prisión por sedición, ni que Puigdemont terminaría en el exilio después de huir a Bélgica para evitar el arresto y ahora estaría luchando para evitar la extradición.
"Sabía que podía haber consecuencias legales, las sufrí yo mismo, pero pensé que serían castigadas por desobediencia con multas y no con cargos de sedición", dijo. "Ya sea que estés o no a favor de la independencia, las oraciones pisotean los derechos básicos".
La prohibición de Mas de mantener el cargo ya ha finalizado. Si bien siente que su carrera política está completa, no descarta un regreso al cargo dado el estado turbulento de Cataluña. "Vivimos en circunstancias tan excepcionales que no puedo ofrecer un no decisivo", dijo.
“Mi intención no es correr. Pero las circunstancias en el país son lo que son y estoy atento a lo que está sucediendo, y lo que está sucediendo dentro de mi propio partido, y tomaré una decisión final cuando llegue el momento. Pero si tuviera que dar una respuesta ahora, sería no.
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El impulso por la independencia catalana, que ha sumido a España en su peor crisis en décadas y ha dividido a la región en sí, ha ido demasiado lejos, demasiado rápido, según el ex presidente catalán que comenzó la campaña de secesión.
Al hablar con el observador al final de una semana de disturbios provocados por el encarcelamiento de la Corte Suprema española de nueve líderes separatistas, Artur Mas condenó la violencia de los últimos días, pero acusó a la corte de jugar a la política y al estado español de una respuesta "salvaje" a demandas de independencia.
Mas dijo que la decisión del tribunal de condenar a los acusados de sedición fue un desastre, y agregó: "Fue una sentencia política dictada por personas que no son políticos". Son jueces y cuando los jueces intentan actuar como políticos, normalmente termina mal ".
Al denunciar la violencia que ha desfigurado el movimiento de independencia tradicionalmente pacífico, Mas dijo que se quitó el sombrero ante "la movilización masiva de personas que se dan cuenta de que necesitan oponerse a esta sentencia y sus consecuencias".
El viernes, se estima que 525,000 personas se reunieron en Barcelona para protestar contra la sentencia y por la noche hubo enfrentamientos violentos cuando los separatistas arrojaron piedras y fuegos artificiales a la policía, quienes respondieron con gases lacrimógenos y balas de goma. Hablando el sábado por la mañana, el presidente de Cataluña, Quim Torra, también condenó la violencia y pidió conversaciones con el gobierno español.
Mas, que gobernó Cataluña entre 2010 y 2016 y puso a la región en curso de colisión con Madrid al organizar un referéndum de independencia simbólico y no vinculante hace cinco años, reconoció que se habían cometido errores.
La crisis actual comenzó cuando el sucesor de Mas, Carles Puigdemont, anunció un referéndum de independencia unilateral en junio de 2017.
La encuesta, organizada en desafío al gobierno español, los tribunales y la constitución, se celebró el 1 de octubre de ese año y fue seguida tres semanas después por una declaración unilateral de independencia en el parlamento regional.
"En mi opinión, el movimiento de independencia ha cometido tres errores", dijo Mas. “La primera es que tenía demasiada prisa y establecía plazos demasiado cortos; estaba haciendo demandas excesivas de sí mismo. El segundo error fue la falta de unidad interna: con demasiada frecuencia, ha habido una falta de unidad dentro del movimiento y ese sigue siendo en parte el caso ahora ".
El tercer error, agregó, había sido subestimar la fuerza del estado español. "Pensamos que en el siglo XXI y como parte de la UE, actuaría de una manera más democrática y civilizada", dijo. "Pero hemos visto que sigue actuando como solía hacerlo hace unas décadas. Necesitamos aprender de esos tres errores ".
Mas reconoció que el movimiento de independencia necesitaba hacer más para ganar corazones y mentes en Cataluña, donde el apoyo a la secesión nunca ha superado el 48,7%, y donde los partidos independentistas nunca han logrado obtener el 50% de los votos en las elecciones regionales.
En las elecciones regionales catalanas convocadas por el gobierno de Madrid y celebradas en diciembre de 2017, los tres partidos independentistas conservaron su mayoría absoluta en el parlamento catalán, ganando 70 de sus 135 escaños. Entre ellos, obtuvieron el 47,7% de los votos. Pero el mayor ganador individual fue el partido Ciudadano incondicionalmente incondicional, que obtuvo 37 escaños.
Aunque Mas admitió que todavía no había "una mayoría decisiva a favor de la independencia", dijo que era necesario celebrar otro referéndum para resolver el asunto y sanar las fracturas dentro de la sociedad catalana.
Las encuestas sugieren que la gran mayoría de los catalanes están a favor de un referéndum oficial celebrado con la bendición del gobierno español.
"Es difícil encontrar una solución que no implique un referéndum porque la gente quiere tomar la decisión sobre el futuro del país, ya sea a favor o en contra de la independencia", dijo Mas.
"Los resultados pueden no ser del todo positivos, pero la realidad actual tampoco es exactamente positiva".
Sugirió que a los votantes se les podrían hacer dos preguntas en el referéndum: si querían renegociar su relación con el gobierno central con un nuevo estatuto de autonomía regional, o si favorecían la independencia.
"En cualquier caso, creo que tiene que haber un referéndum y la gente debe poder votar sobre la independencia".
Mas, a quien se le prohibió ocupar un cargo público durante dos años después de ser declarado culpable de desobedecer a la corte constitucional española al celebrar el referéndum simbólico de independencia en 2014, dijo que estaba sorprendido por lo que sucedió en los últimos dos años.
Nunca habría imaginado que nueve políticos terminarían en prisión por sedición, ni que Puigdemont terminaría en el exilio después de huir a Bélgica para evitar el arresto y ahora estaría luchando para evitar la extradición.
"Sabía que podía haber consecuencias legales, las sufrí yo mismo, pero pensé que serían castigadas por desobediencia con multas y no con cargos de sedición", dijo. "Ya sea que estés o no a favor de la independencia, las oraciones pisotean los derechos básicos".
La prohibición de Mas de mantener el cargo ya ha finalizado. Si bien siente que su carrera política está completa, no descarta un regreso al cargo dado el estado turbulento de Cataluña. "Vivimos en circunstancias tan excepcionales que no puedo ofrecer un no decisivo", dijo.
“Mi intención no es correr. Pero las circunstancias en el país son lo que son y estoy atento a lo que está sucediendo, y lo que está sucediendo dentro de mi propio partido, y tomaré una decisión final cuando llegue el momento. Pero si tuviera que dar una respuesta ahora, sería no.