1.- Juana de Arco, que no mentía NUNCA en lo tocante a su Misión (ni siquiera en el Proceso de Rouen que la condenó a muerte), declaró siempre que no dirigía las tropas, que “prefería el estandarte a la espada” y que no entendía de asuntos militares, limitándose a declarar lo que le ordenaban las “Voces”. Incluso un momento de debilidad que tuvo -cuando llegó a retractarse- fue achacado por ella a influencia del Demonio. Entre los generales, los hubo que afirmaron en sus escritos la importancia meramente simbólica de Juana de Arco, pero también los hubo que concedían gran importancia a sus “intuiciones”, básicamente porque las creían de origen divino. En la Historiografía posterior católica y nacionalista francesa (literalmente una Hagiografía) suele rechazarse a los generales que disienten del genio militar de Juana de Arco como “traidores” y “envidiosos”, al tiempo que pasan por alto los errores y derrotas de los franceses cuando Juana estuvo con ellos; y le atribuyen victorias, como la decisiva Batalla de Patay, en las que no llegó a participar.
2.- No fue para tanto. La región era francesa, aunque sometida temporalmente a ocupación borgoñona, y la fama de Juana de Arco, que les liberaba de ingleses y borgoñones, hizo la Cabalgada un paseo militar. Casi todas las ciudades les abrieron las puertas, temerosos de las represalias si los Valois llegaban a triunfar
3.- No consta que oyera nuevas “Voces”. Es probable que se emborrachara de poder y gloria y se creyera la propaganda que la ensalzaba.
4.- Estrategia que daría sus frutos en el Tratado de Arras, en 1435. Borgoña pasaba al lado de Carlos VII, Enrique VI Plantagenet se quedaba sin aliados en el continente y, al año siguiente, perdía París. Las historias hagiográficas de la Iglesia Católica y el Nacionalismo Francés atribuyen el cambio de alianzas del Tratado de Arras al horror de los borgoñones tras el martirio de Juana de Arco. Dado que ellos mismos la habían entregado a los ingleses, participaron en el Proceso, y que el tratado fue CUATRO AÑOS anterior a la defección de Borgoña de su alianza con los Plantagenet, parece poco probable que, como el Cid, Juana de Arco venciera batallas tras su muerte...
5.- Nuevamente la Hagiografía actual (incluida la Wikipedia) ofrece información de casi nulo valor real. Juana (que siempre negó dirigir los ejércitos, y nunca mentía en lo referente a su Misión) “encabeza los ejércitos” pero “el rey le traiciona, proporcionándole un ejército deficiente”; “Guillaume de Flavy, comandante militar de Compiegne, se asusta”, y “cierra las puertas de Compiègne”, causando la captura de Juana de Arco… En realidad, recordemos que los reyes en la Edad Media no eran reyes absolutos y debían su poder al vasallaje de muchos señores feudales. Existía, en la corte de Carlos VII, un partido contrario al pactismo, y que deseaba una guerra total, con ataques militares por la vía rápida. Estos cortesanos y generales utilizaron la figura de Juana de Arco, enferma mental y tonta útil, para sus intereses. En cuanto a la captura de Compiègne, Guillaume de Flavy cerró las puertas de la ciudad para evitar la caída de Compiègne. Dejar las puertas abiertas para que entrase el enemigo, sí que hubiese sido traición, y no hubiese evitado la captura de Juana de Arco.
6.- Los asedios de aquellos tiempos no eran como la idea actual de un asedio. Los ejércitos eran, numéricamente, pequeños (incluso el de una ciudad mucho más importante, como Orleáns, era sostenido por unos cientos o un par de miles de soldados) y no podían establecer una red tupida de cerco. Se limitaban a ocupar puntos fuertes alrededor de la ciudad y enviar patrullas para detectar infiltraciones. Era relativamente fácil entrar alimentos en la ciudad sitiada, e incluso tropas de refuerzo.
7.- Personalmente tengo tan pocas dudas sobre la injusticia de su condena como sobre la inexistencia de la inspiración divina en su Misión. Tan politizada estuvo su vida como su beatificación y canonización.
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1.- Juana de Arco, que no mentía NUNCA en lo tocante a su Misión (ni siquiera en el Proceso de Rouen que la condenó a muerte), declaró siempre que no dirigía las tropas, que “prefería el estandarte a la espada” y que no entendía de asuntos militares, limitándose a declarar lo que le ordenaban las “Voces”. Incluso un momento de debilidad que tuvo -cuando llegó a retractarse- fue achacado por ella a influencia del Demonio. Entre los generales, los hubo que afirmaron en sus escritos la importancia meramente simbólica de Juana de Arco, pero también los hubo que concedían gran importancia a sus “intuiciones”, básicamente porque las creían de origen divino. En la Historiografía posterior católica y nacionalista francesa (literalmente una Hagiografía) suele rechazarse a los generales que disienten del genio militar de Juana de Arco como “traidores” y “envidiosos”, al tiempo que pasan por alto los errores y derrotas de los franceses cuando Juana estuvo con ellos; y le atribuyen victorias, como la decisiva Batalla de Patay, en las que no llegó a participar.
2.- No fue para tanto. La región era francesa, aunque sometida temporalmente a ocupación borgoñona, y la fama de Juana de Arco, que les liberaba de ingleses y borgoñones, hizo la Cabalgada un paseo militar. Casi todas las ciudades les abrieron las puertas, temerosos de las represalias si los Valois llegaban a triunfar
3.- No consta que oyera nuevas “Voces”. Es probable que se emborrachara de poder y gloria y se creyera la propaganda que la ensalzaba.
4.- Estrategia que daría sus frutos en el Tratado de Arras, en 1435. Borgoña pasaba al lado de Carlos VII, Enrique VI Plantagenet se quedaba sin aliados en el continente y, al año siguiente, perdía París. Las historias hagiográficas de la Iglesia Católica y el Nacionalismo Francés atribuyen el cambio de alianzas del Tratado de Arras al horror de los borgoñones tras el martirio de Juana de Arco. Dado que ellos mismos la habían entregado a los ingleses, participaron en el Proceso, y que el tratado fue CUATRO AÑOS anterior a la defección de Borgoña de su alianza con los Plantagenet, parece poco probable que, como el Cid, Juana de Arco venciera batallas tras su muerte...
5.- Nuevamente la Hagiografía actual (incluida la Wikipedia) ofrece información de casi nulo valor real. Juana (que siempre negó dirigir los ejércitos, y nunca mentía en lo referente a su Misión) “encabeza los ejércitos” pero “el rey le traiciona, proporcionándole un ejército deficiente”; “Guillaume de Flavy, comandante militar de Compiegne, se asusta”, y “cierra las puertas de Compiègne”, causando la captura de Juana de Arco… En realidad, recordemos que los reyes en la Edad Media no eran reyes absolutos y debían su poder al vasallaje de muchos señores feudales. Existía, en la corte de Carlos VII, un partido contrario al pactismo, y que deseaba una guerra total, con ataques militares por la vía rápida. Estos cortesanos y generales utilizaron la figura de Juana de Arco, enferma mental y tonta útil, para sus intereses. En cuanto a la captura de Compiègne, Guillaume de Flavy cerró las puertas de la ciudad para evitar la caída de Compiègne. Dejar las puertas abiertas para que entrase el enemigo, sí que hubiese sido traición, y no hubiese evitado la captura de Juana de Arco.
6.- Los asedios de aquellos tiempos no eran como la idea actual de un asedio. Los ejércitos eran, numéricamente, pequeños (incluso el de una ciudad mucho más importante, como Orleáns, era sostenido por unos cientos o un par de miles de soldados) y no podían establecer una red tupida de cerco. Se limitaban a ocupar puntos fuertes alrededor de la ciudad y enviar patrullas para detectar infiltraciones. Era relativamente fácil entrar alimentos en la ciudad sitiada, e incluso tropas de refuerzo.
7.- Personalmente tengo tan pocas dudas sobre la injusticia de su condena como sobre la inexistencia de la inspiración divina en su Misión. Tan politizada estuvo su vida como su beatificación y canonización.