Estuve este otoño en La Habana. Los cubanos están jodidos. Cuesta encontrar alimentos básicos y medicamentos. Es un país que en 2024 no tiene supermercados, si no pequeñas tiendas con una docena de artículos para vender, no más. La escasez hace que las pocas cosas que hay sean muy caras. Por poner un ejemplo, un bote de tomate triturado natural, en España lo encuentras por 0.60 €. Allí me costó 1.70 €. Un bote de desodorante de marca, aquí cuesta 3.50 €. Allí me costó 6.40 €

Lo que sí encuentras algo más baratos al cambio son los servicios. P.e., comí en un asador un muslo de pollo (grande) con guarnición de verduras y una cerveza por menos de 10 euros. Un tercio de grifo puedes encontrarlo por 0.60 €, y un plato de arroz blanco para acompañar el plato principal te cuesta 0,35 €.

Hubo un hotel donde no me aceptaron pesos cubanos. O pagaba en dólares, o en euros, o con tarjeta, pero los pesos me los podía meter por el culo.