En realidad el artículo se refiere a dinero que usan las farmacéuticas para congresos, cursos, formación, etc, que realizan los médicos.
Es decir. No son sobornos, el dinero no va al bolsillo de los médicos por recetar tal o cual cosa.
Yo personalmente estoy en contra de esta manera de formación, que pagan las empresas proveedoras.
Para comparar, serían reuniones informativas que organizarse las empresas de detergentes, dónde asistieron los jefes de compra de Alcampo, Carrefour, etc.
No es un soborno, pero influir, influye.
Pero, claro, el problema es que para la carrera profesional cuenta la presentación de artículos, ponencias, etc. Para presentar algo en un congreso te exigen estar inscrito, y eso vale varios cientos de euros... Cada vez.
La formación debería ir por cuenta de la empresa. Congresos exentos de todo acto de jolgorio, lo que los abarataría tremendamente, y podría ser financiado por las cuotas de las sociedades o por los asistentes. Posibilidad de una o dos suscripciones gratuitas que pueda pagar la empresa.
Pero, claro, eso acabaría con la fantasía de que la industria farmacéutica es una hermanita de la caridad que trabaja denodadamente por encontrar la cura a todas las enfermedades por amor al arte
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Es decir. No son sobornos, el dinero no va al bolsillo de los médicos por recetar tal o cual cosa.
Yo personalmente estoy en contra de esta manera de formación, que pagan las empresas proveedoras.
Para comparar, serían reuniones informativas que organizarse las empresas de detergentes, dónde asistieron los jefes de compra de Alcampo, Carrefour, etc.
No es un soborno, pero influir, influye.
Pero, claro, el problema es que para la carrera profesional cuenta la presentación de artículos, ponencias, etc. Para presentar algo en un congreso te exigen estar inscrito, y eso vale varios cientos de euros... Cada vez.
La formación debería ir por cuenta de la empresa. Congresos exentos de todo acto de jolgorio, lo que los abarataría tremendamente, y podría ser financiado por las cuotas de las sociedades o por los asistentes. Posibilidad de una o dos suscripciones gratuitas que pueda pagar la empresa.
Pero, claro, eso acabaría con la fantasía de que la industria farmacéutica es una hermanita de la caridad que trabaja denodadamente por encontrar la cura a todas las enfermedades por amor al arte